España sitúa un ojo en el espacio

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN

EXTRAVOZ RED

Airbus

El 22 de febrero del 2018 es una fecha para recordar por parte de la industria espacial española. Fue el día del lanzamiento del satélite radar «Paz» de observación de la Tierra, uno de sus mayores hitos y que sitúa a España en la vanguardia internacional. Muy pocos países cuentan con esta tecnología en el mundo. En Europa solo Italia y Alemania, aparte de la ESA. Será el gran ojo en el espacio, con innovaciones técnicas que permitirán un control más preciso de lo que sucede en nuestro planeta.

02 jul 2018 . Actualizado a las 19:42 h.

España ya tiene su gran ojo en el cielo. «El satélite está en perfecto estado de salud. Ya está situado en su órbita de referencia y ha enviado su primera imagen, aunque aún estamos calibrando los instrumentos, por lo que hasta dentro de seis meses aún no estará plenamente operativo», explica Miguel Ángel García Primo, director de operaciones y programas de Hisdesat, la empresa propietaria y responsable de Paz, participada en un 30 % por el Ministerio de Defensa, que también será un cliente de referencia. Pero las aplicaciones de Paz van mucho más allá de las militares. Su instrumento radar avanzado ofrece un amplísimo abanico de posibilidades, desde el control de fronteras al medioambiental, pasando por la protección de los recursos naturales, la vigilancia de la superficie terrestre, la planificación de infraestructuras o la cartografía de alta resolución, entre muchas otras. No en vano es un satélite de observación de la Tierra, un sistema que en Europa solo disponían hasta el momento Alemania e Italia, aparte de la Agencia Espacial Europea, y en el resto del mundo Estados Unidos y Canadá. España se ha situado, por tanto, en la élite espacial. «El programa Paz constituye un paso de gigante para el desarrollo de la industria espacial de nuestro país», resaltó, de hecho, Miguel Ángel Panduro, consejero delegado de Hisdesat, cuando el ingenio fue puesto en órbita el pasado 22 de febrero por un cohete de la compañía Space X.

Su colega Miguel Ángel García Primo tampoco puede reprimir su entusiasmo ante la gesta realizada, que supone la culminación de muchos años de trabajo desde que el anterior presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, decidiese impulsar el proyecto. «Es ?dice Primo? un hito importantísimo, porque es el más importante, el más grande y el más complejo que la industria nacional haya desarrollado y nos sitúa, de hecho, entre los países más punteros a nivel mundial».

Airbus España, como contratista principal del programa, dirigió a un equipo de 18 empresas y tres universidades que han puesto en el espacio la tecnología más avanzada que en la actualidad se puede encontrar sobre la órbita terrestre. El satélite radar ha sido diseñado para obtener imágenes de alta calidad de la Tierra, con una resolución de hasta 25 centímetros, tanto de día como de noche y bajo cualquier circunstancia meteorológica. Orbitará alrededor de nuestro planeta 15 veces al día, tiempo en el que cubrirá un área de más de 300.000 kilómetros cuadrados a 514 kilómetros de altitud y a una velocidad de 27.000 kilómetros por hora.

Una de sus aplicaciones más importante será el control del tráfico marítimo y la vigilancia de vertidos de petróleo. Es cierto que es un servicio que ofrecen otros sistemas de observación, pero la tecnología desarrollada permitirá disponer de la mejor y más precisa monitorización del entorno marítimo en todo el mundo. «Desarrollamos algoritmos que nos permiten la detección automática de manchas de petróleo, y podemos hacerlo de una forma muy rápida y en tiempo real», apunta García Primo, quien también destaca que el satélite «tiene capacidad para distinguir manchas muy pequeñas de hidrocarburos y descartar posibles falsos positivos que pudieran darse».

Infraestructuras

Al margen de los servicios convencionales, el programa Paz ha desarrollado uno muy específico e innovador. Se trata de un sistema de monitorización de infraestructuras en tiempo real y con una gran precisión gracias a una técnica denominada de Interferometría Rara. El ingenio pasa cada 11 días por el mismo punto que se pretende analizar, de tal modo que comparando las imágenes se pueden detectar posibles cambios en el terreno, por minúsculos que estos sean. Por ejemplo, en el seguimiento de la red ferroviaria de alta velocidad o en el de grandes puentes cualquier desvío del terreno en el que estas infraestructuras están asentadas puede suponer un grave contratiempo y poner en riesgo vidas humanas. «Tenemos capacidad para detectar si el terreno cede unos pocos milímetros, incluso si lo hace un milímetro. Y podemos vigilar miles de kilómetros de vías ferroviarias», explica el director de Operaciones y Programas de Hisdesat.

Lluvias intensas

Otra novedad tecnológica es el experimento de Radio Ocultación y Precipitación Extrema (ROHP), desarrollado por el Instituto de Ciencias del Espacio del CSIC, un instrumento capaz de detectar y cuantificar precipitaciones intensas. Las medidas que obtenga el satélite, que se basan en el Sistema de Posicionamiento Global (GPS), servirán para profundizar en parámetros clave en la predicción del tiempo, ya que darán pistas sobre las propiedades termodinámicas de la atmósfera, como temperatura, presión y humedad, a diferentes alturas.

El método desarrollado puede ser vital para medir las lluvias intensas, una variable atmosférica que en la actualidad es muy difícil de predecir. «En el contexto de cambio climático, donde se prevé que los fenómenos extremos sucedan más a menudo, los modelos del clima no se ponen del todo de acuerdo. Seguramente porque son fenómenos que no se han podido estudiar bien por falta de datos. Intentaremos que Paz contribuya a solventar este problema», señala Estel Cardellach, una de las responsables del experimento e investigadora en el Instituto de Ciencias del Espacio de Barcelona.

Las radio ocultaciones son una técnica para la observación de un medio, normalmente la atmósfera de un planeta, utilizando dos elementos: uno que transmite señales de radio o microondas (fuente) y otro elemento que los recibe (receptor). La particularidad de este método es que, si se unen en línea recta los elementos transistor y receptor se puede cruzar la Tierra y los elementos que están ocultos por ella. «La clave está en relacionar la flexión de la trayectoria de la señal con las propiedades de la atmósfera. En nuestro planeta, esta técnica se realiza con señales de los sistemas globales de navegación por satélite, como, por ejemplo, los GPS», precisa Stel Cardellach.

Paz formará una constelación junto con otros dos satélites alemanes de observación de la Tierra. Hisdesat también ha suscrito un contrato con la Agencia Espacial Europea (ESA) para servir de contribuyente en el programa Copérnico para la vigilancia mundial del medio ambiente y la seguridad.

Los rusos fallaron, Space X no

La construcción del satélite «Paz» comenzó en el 2011, momento en el que Hisdesat alcanzó un acuerdo con la compañía rusa Kosmotras para su puesta en órbita. En el 2015 finalizaron todas las pruebas y estaba listo para despegar, pero Kosmotras no cumplió con su parte. Hisdesat, que la denunció por incumplimiento de contrato a la corte de arbitraje internacional, tuvo que recurrir a Space X.