Monetizar la minería de datos

E. V. Pita REDACCIÓN

EXTRAVOZ RED

El ex hácker Mat Travizano ha devuelto a los usuarios el control de sus datos personales. Plataformas como Wibson, Dock.io y Bitclave o el navegador Brave son cajas fuertes blindadas con criptografía y contratos inteligentes de blockchain que preservan el anonimato e intimidad al internauta y le permiten monetizar sus datos. La comunidad Blockchain.gal sigue de cerca estos avances.

02 jul 2018 . Actualizado a las 19:40 h.

El portal de Dock.io muestra un dibujo con varias plataformas petrolíferas con los logos de Facebook, Linkedin o Google haciendo minería de datos con cañas de pescar en un mar de 2.000 millones de internautas que usan sus redes sociales gratuitas a cambio de ver publicidad. Parece un trato justo pero el negocio real está en explotar esa información. En los últimos meses, emprendedores de Silicon Valley han lanzado la primera generación de plataformas seguras y basadas en la cadena de bloques o blockchain que prometen acabar con la minería de datos que enriqueció a Facebook, Amazon, Netflix o Google (los gigantes llamados FANG). Destacan Dock.io, Wibson (creada por el ex hácker Mat Travizano y ahora experto en Big Data) o Bitclave, que promete dinero digital o micropagos en criptomoneda a los usuarios. Detrás subyace una carrera para que millones de prosumidores se unan a la rueda y adopten masivamente una de las criptomonedas que alguna plataforma emite.

Pero, ¿por qué razón iba a cobrar un amigo de Facebook por subir un like, un cliente por comprar un libro o ropa en Amazon o un tuitero por escribir una frase ingeniosa? Remedios Zafra, en El entusiasmo (2017), cuenta que muchos creadores culturales o académicos, becarios o colaboradores, suben contenidos de forma altruista e hipermotivados, pero ese entusiasmo voluntarista acaba siendo instrumentalizado y se hunde en la precariedad.

Por su parte, el gurú Jaron Lanier en su libro ¿Quién controla el futuro? (2013) hizo el mismo diagnóstico: «Internet tiene que pagar a todo el mundo por la información que sube o, por lo menos, por los datos que se extraen». Sostiene que si alguien sube un comentario a Twitter y eso genera visitas, debería haber algún micropago para compensarle. Ahora, si alguien cuelga un vídeo que recibe millones de visitas eso le genera un subidón de ego y quizá un patrocinador. Los demás reciben aplausos una temporada y caen en el olvido.

Pero ahora, los micropagos a los creadores son una alternativa real si se combina la criptomoneda, como el bitcoin, con los contratos inteligentes y el blockchain. Galicia también ha entrado en esta carrera por entender los usos que pueden tener las nuevas plataformas basadas en la cadena de bloques. El vigués Xoán González es cofundador de Blockchain.gal, una comunidad de informáticos que hacen reuniones mensuales, la última en Santiago, para debatir. Su objetivo es difundir esta nueva tecnología segura y sus usos y poner en contacto a los interesados como programadores, inversores o abogados. El FabLab de Vigo también ha organizado sesiones de dos horas para comprender la revolución del blockchain.

González explica que una de las aplicaciones claras de blockchain « é o control dos seus datos privados e públicos por parte dos particulares. Agora estes datos están en mans de grandes empresas como Facebook, Google o Linkedin sen que o usuario teña control sobre o uso que se fai deles, e moitas veces son cedidos a terceiros sen autorización nin compensación».

Este miembro de la comunidad A Industriosa recalca que «nunha sociedade na que o dato é diñeiro, non parece moi intelixente ceder os datos propios sen máis».

Xoán González añade que el usuario de las redes sociales también tiene problemas para mantener diferentes perfiles en redes sociales o profesionales actualizados, así como el riesgo de las fugas de datos, «nas que datos sensibles son expostos públicamente ou vendidos con fins delictivos».

La solución parece venir de diferentes plataformas como por ejemplo Dock.io, centrada en el ámbito profesional, o Wibson.org, más orientada a particulares. Según González, estas plataformas pretenden devolver el control de los datos a los usuarios, de forma que puedan decidir con qué comparten eses datos de una forma simple, monetizarlos y mantenerlos actualizados. «Todo isto vai coas vantaxes adicionais a nivel de seguridade e privacidade que proporciona blockchain», dice.

El diseñador Roberto Andrade, de Delta Studio, afincado en Vigo, ya usa la plataforma dock.io. Explica sus razones: «No es por un tema de seguridad, es por ser propietario de la información que generas en la Red». El experto añade que cuando un internauta usa Facebook o Linkedin, su información pertenece a las plataformas (sus interacciones, gustos, datos y amigos), y «lo usan para monetizarte, vendiendo packs de consumidores a empresas en forma de publicidad. La idea de montar una red social de este estilo sobre blockchain se basa en que seas propietario de tus datos. Ya no pertenecen a una empresa, sino que están encriptados en el blockchain, accesibles solo por ti, y tú decides si quieres vendérselo a diversas empresas para recibir publicidad o lo que sea». Insiste en que «la idea final es que siendo propietario de tus datos, puedas ser tú y no el intermediario (los FANG) el que se beneficie».

Andrade subraya que Brave, un navegador que salió hace poco, intenta hacer lo mismo con los anuncios que saltan durante la navegación del usuario. Basta con ir a YouTube y ver tutoriales de Brave que descargan páginas libres de publicidad.

De momento, este diseñador no ha ganado dinero con sus datos en Dock.io porque «esto está súper verde. Para hacerse una idea, Dock.io sería solo una interfaz de las posibles que se podrían conectar al blockchain que contiene toda esta información, pero por ahora ellos también desarrollan el blockchain, lo cual es un poco peligroso porque puede derivar en un monopolio. Si te metes en este mundillo, hay muy pocas aplicaciones reales de blockchain funcionando. Dock.io está levantando hype por ahora para conseguir tracción e inversión, pero dudo que tengan un producto desarrollado funcional. Así que no, no hay monetización por ahora, ni si quiera sé cómo funcionaría».