Tras el éxito obtenido por su adaptación teatral de la novela 2666 de Roberto Bolaño (que le valió el premio Max al Mejor Espectáculo del 2008), el director artístico de Teatre Lliure, Àlex Rigola, ha vuelto a dar el campanazo con una versión doble de la obra Nixon-Frost , de Peter Morgan. Una de ellas, de gran formato, se presenta ante el público como una narración de tipo cinematográfico que se apoya en una escenografía espectacular. La otra, subtitulada Unplugged escénico , es más sobria: el peso de la obra recae sobre todo en el trabajo de los actores, mientras que la ausencia de decorados se suple con imágenes.
Esta última versión, pensada para teatros de pequeñas dimensiones, será la que visitará Ferrol mañana. El veterano actor Lluís Marcos y el menos conocido Joan Carreras se subirán entonces al escenario para encarnar a Richard Nixon y al periodista David Frost, reviviendo ante el público el combate dialéctico que enfrentó a estos dos personajes reales frente a las cámaras de televisión en 1977, tres años después de que el primero tuviese que dimitir de la presidencia de Estados Unidos por el escándalo del Watergate .
La obra está basada en la primera pieza teatral del reconocido guionista cinematográfico Peter Morgan ( The Queen ), que se estrenó en Londres en 2006 y cuyos protagonistas, Michael Sheen y Frank Longella, repitieron papel en la versión cinematográfica que Ron Howard llevó a la gran pantalla en el 2008.
Más allá de todo lo que rodeó a aquellos debates televisivos, lo realmente significativo en este Nixon-Frost es el cara a cara de los dos personajes, una especie de combate de boxeo que comienza con el bueno recibiendo palos, pero que, al final, como sucedía en Rocky , termina ganando la partida. En esta versión unplugged , los actores se encuentran más cercanos al público y su trabajo se ve arropado por una banda sonora de música electrónica que refleja las tensiones internas de los personajes.