Qué mayor gloria para el poeta Ramiro Fonte que ser cantado en un blues, que sus versos, como Serrat con Machado, lleguen al gran público, más allá del mundo literario convencional, en ocasiones, convertido en una sociedad de socorro mutuo. Aunque la poesía de Fonte no es sencilla ni coplera, Víctor Aneiros le ha visto su sonoridad y por eso la incluye en su último disco, toda una hermosa alianza. La antología de Ramiro incluida en la Colección Esquío, editada con la colaboración del Concello de Pontedeume, es un buen camino para adentrarse en el mundo poético del malogrado eumés-ferrolano. El poema Días negros , sobre el 10 de marzo de 1972, con Fonte todavía de alumno del instituto masculino, es como el altavoz de todos los que, también de su edad, recordamos aquella tragedia y la lucha de nuestros padres contra la negra dictadura. O Cine Rena, el primer beso del adolescente aprovechando las butacas traseras del lado izquierdo de la incendiada sala ( alí saben moi ben e duran máis os bicos ) o también My favorite Things ... Son versos que amarran, que mantienen a uno en la soledad de la lectura, con una intimidad con el autor que pocos consiguen. Porque reconoces en él a un hombre de su tiempo, pero que salta a la universalidad desde la observación que hace de una puerta vieja, descascada, que ve en su ruta diaria, en la dirección de costumbre. De nuevo te encuentras con la universalidad de lo muy particular, con la libertad del buen poema, escrito desde el sendero que conduce al rueiro, ¿no es eso el cantor? Uno se imagina la conversación de Fonte y Aneiros, cuando el poeta jugaba la prórroga del partido de su vida. La alegría del bardo al que un admirador cantante de blues acude a pedirle permiso para utilizar sus versos, pena que no pudiese escucharlos. Oigan a Fonte ahora, con voz de Aneiros, pero tampoco es un elixir universal. Si no gusta, busquen a su poeta.