Lucrecia Leira no llega sola a la cita en Esteiro para contar la opinión de los padres de alumnos sobre la privatización de la gestión del centro Souto de Leixa. Están con ella otros dos progenitores: Serafín Franco, de As Pontes, y José Manuel Rodríguez. Los tres, para empezar, rechazan la decisión de la Xunta: temen que afecte, a peor, a la calidad de la atención a sus hijos. La cuestión económica no es, en estos tres casos particulares, su principal caballo de batalla. Les preocupan sus hijos.
Hay un aspecto fundamental que ayuda a mantener la estabilidad de estas personas psíquicamente enfermas y en el que incide Serafín: «O problema vai ser o 10 de xaneiro cando o meu fillo chegue e non coñeza aos coidadores, ao mellor xa non quere volver». A sus 25 años, Pablo, con deficiencia mental, ha encontrado en la residencia unos nuevos padres que lo cuidan de lunes a viernes desde hace nueve años. Pero seguramente a algunos de esos cuidadores se los van a cambiar a la luz de los 54 despidos que se van a producir y Serafín no sabe cómo va a reaccionar su hijo. «Eu estou moi contento cos coidadores porque o pequeno está contento; de feito teño os teléfonos privados de algúns deles para chamar cando queira, pero se a partir de xaneiro se perde o calor humano, que é o máis importante para estes nenos, ¿cómo vai actuar Pablo?», se pregunta Serafín.
Este padre de As Pontes considera lógico que si la empresa va a contratar personal recurra a los interinos que tantos años de experiencia han adquirido en el antiguo Carmen Polo y que son como de la familia para los alumnos, sobre todo para los internos que pasan la semana en el centro.
José María Rodríguez
El hijo de José Manuel Rodríguez se llama José María y tiene 42 años. Hace 33 que es externo del Carmen Polo, donde participa activamente en los talleres. A pesar de su deficiencia -tiene una incapacidad psíquica del 65%- «sábese defender perfectamente», dice su padre. De hecho, José María hasta es campeón de España de atletismo en relevos.
Este padre es uno de los que se verá obligado a solicitar la ayuda de la ley de dependencia si quiere que su hijo siga en el centro.