Javier Gómez Noya compite por segundo año consecutivo en la ciudad que lo vio crecer. Tras exhibirse en junio del 2010 en la liga de clubes, el actual campeón del mundo se declaró ayer feliz de correr en Caranza, junto a la piscina en la que empezó a nadar y hoy lleva su nombre. «Como ferrolano es un placer estar aquí y disputar una competición del máximo nivel», comentó el jefe de filas del Fluvial en la prueba de hoy, y agradeció al Concello, a la Federación Galega y al Triatlón Ferrol su implicación para que la ciudad naval acogiese la competición.
«El triatlón en Ferrol crece de forma importante. Y este fin de semana se va a poder ver a los mejores de España defendiendo a sus equipos. Compiten cinco o seis por conjunto y deben completar juntos los tres segmentos, lo que hace la prueba divertida y dura», añadió Gómez Noya. «Espero pasar unos días agradables aquí».
El deportista ferrolano apuntó al SVC de Vitoria de los hermanos Eneko y Héctor Llanos y el Bricosa de Santiago de Iván Raña como principales rivales por el título masculino.
El bicampeón del Mundo destacó sus buenas sensaciones, pese a los problemas estomacales sufridos en el Europeo del sábado pasado en Pontevedra. «Estoy muy bien de forma. Había trabajado mucho y el estado es bueno. Quiero sacarme la espinita del Europeo de Pontevedra», añadió el ferrolano, que encara en las próximas semanas la parte decisiva de la temporada.
Mantiene todas las opciones para cumplir con su principal objetivo, revalidar el Campeonato del Mundo. Gómez Noya ocupa el tercer puesto de la clasificación provisional, tras el británico Alistair Brownlee y el ruso Alexander Brukhankov, aunque todavía puede descartar algún resultado.
Dentro de quince días, Gómez Noya competirá en Hamburgo, una de las grandes capitales del triatlón mundial, donde venció el año pasado. El 7 de agosto correrá en otra prueba especialmente simbólica, la de Londres, y el 21 disputará la de Lausana, ciudad que se estrena en el calendario de las series mundiales. Ya en septiembre, están fijadas las pruebas de Pekín y Yokohama (Japón), aplazada en su día como consecuencia del desastre nuclear generado en Fukushima.