La empresa Dragados ha vallado ya el antiguo Hospicio y colocado andamios para comenzar las obras de rehabilitación del edificio, que arrancarán con demoliciones interiores. Pero los trabajos se iniciarán con moradores. La Sociedade Galega de Historia Natural ocupa allí algunas salas. Una es el taller donde guarda acuarios, la lavadora, entre otros enseres, pero ese espacio será desalojado en unos días gracias a la colaboración de Dragados, que se encargará de trasladar el material a la Casa do Coronel. Pero quedarán aún en el antiguo Hospicio la llamada sala húmeda, donde los biólogos atienden a las focas o cetáceos que varan en la costa noroeste, y cadáveres de animales, entre ellos un calamar gigante. Juan Ignacio Dasilva, miembro de la sociedad, explicó que hasta que la Casa do Coronel no esté lista no completarán el traslado. Dasilva señaló que las obras en la futura sede de Canido están paralizadas desde junio, pero el gobierno local les avanzó su intención de acometerlas.
Para el traslado del calamar precisan 423 litros de alcohol, lo que supone un gasto cercano a los dos mil euros. La sociedad está negociando con Dragados para ver si asume el coste a la vista de que el Concello se niega. En principio, la rehabilitación del Hospicio podría discurrir con normalidad, pero los biólogos se verán obligados a pasar por zona de obras.