La fiebre de aquel miércoles noche

Jorge M. Deza Rey FERROL

FERROL

04 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El del 5 de noviembre del 2002 era el cuarto Racing?Deportivo copero de la historia y quizá el más emocionante. Los tres anteriores se habían saldado con triunfos verdes en Ferrol pero solo en una ocasión con eliminación coruñesa. El Racing vivía momentos relativamente dulces por aquellas fechas, con solo tres derrotas ligueras en las nueve primeras jornadas. El postre no podía ser más sabroso: un miércoles de emoción con el gran rival histórico en el torneo del K.O. a partido único.

El Deportivo era el vigente campeón tras su centenariazo en el Bernabeu. Vino a Ferrol provisto de titulares al no tener el remanente de la vuelta en Riazor mientras que el Racing hizo lo propio con un once de gala. A Malata se llenó de pasión y colorido, acudiendo millares de adeptos a una rivalidad histórica que algunos no comprenden o ignoran y otros desean que perviva y regrese a sus buenos momentos.

El marcador fue un vaivén toda la noche, haciendo vibrar a los aficionados a cada minuto con un Racing encoraginado y deseoso de dar el malatazo. Fue un partido de ida y vuelta, de los de infarto, de los que siempre apetece ver. El equipo de Segunda dándolo todo y el de Primera probando la medicina de un torneo no apto para lucirse sin despeinarse. Tras el espectacular toma y daca, el momento culminante del gol del japonés Yasunaga a ocho minutos del final provocó el paroxismo y el convencimiento de la hinchada ferrolana de que aquel partido se podía ganar. El gol de Luque en el último minuto resolvió la batalla pero no hizo gloria para el Deportivo coruñés. Dejó profunda huella en el racinguismo contemporáneo, que saboreó su propia historia aquella otoñal pero ardiente noche de miércoles, a la espera de que verdes y blanquiazules vuelvan a rivalizar donde corresponde para ser fieles a la tradición. Y es que a veces, una derrota puede proyectar cosas más importantes que una victoria apurada en el último minuto con superioridad numérica. Aquel día ganó el fútbol. Y ganó el racinguismo.