La contribución de las unidades de la Armada con base en Ferrol, en concreto de las fragatas, fue el gran pilar de apoyo del Gobierno de España para contribuir durante el 2011 al embargo marítimo a Libia para derrocar el régimen de Gadafi.
Se desplazaron al escenario un total de tres unidades, en las que embarcaron alrededor de setecientos marinos y cuya colaboración se extendió durante un período de siete meses.
Fue el 20 de marzo de ese ejercicio cuando la F-104 zarpó a la zona para permanecer allí por espacio de tres meses. Fue relevada por la F-102 que, además de las tareas propias del embargo, realizó una importante labor de ayuda humanitaria al dar asistencia a más de un centenar de inmigrantes que navegaban sin víveres y a la deriva. Esta actuación fue motivo de felicitación expresa por parte de la OTAN.
La F-101 fue la última fragata en participar en ese operativo, por un período de tiempo menor, ya que se integró poco antes de la resolución final de uno de los últimos grandes conflictos internacionales.