El contrato del flotel cumple seis meses en el dique seco del naval

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

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La plantilla clama por iniciar la obra mientras se suceden los despidos

17 mar 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Hace medio año, en el marco de intensas movilizaciones -los comités secundaban un encierro en el Concello de Ferrol para pedir que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales convocase la comisión de seguimiento del dique flotante- la firma de un contrato vino a arrojar cierta esperanza para el sector naval gallego. Con el padrinazgo de la Xunta, del propio presidente, Alberto Núñez Feijoo, la petrolera mexicana Pemex firmó con los presidentes de Navantia y de Hijos de J. Barreras sendos contratos para la fabricación de dos buques hotel para su flota. Seis meses después, el pedido no arranca y los trabajadores de los astilleros de la ría no cejan de reclamar que se fije fecha para los primeros trabajos en los talleres.

¿Cuáles son las causas que retrasan la obra?

Tras la firma del contrato, Navantia anunció que preveía que los trabajos arrancasen en el primer trimestre del año. Como en cualquier otro pedido, comenzaron las primeras tareas de desarrollo de las especificaciones técnicas y del diseño básico y la empresa cerró el aval bancario necesario. Pero no contaba con que ese trámite se le iba a atragantar al astillero vigués, que estaba saliendo de un concurso de acreedores. La factoría dispone de plazo hasta el próximo 30 de abril para lograr esa garantía, aunque su presidente, José García Costas, anunció hace unos días que el cierre del aval es «inminente» y no prevé agotar ese plazo.

¿Por qué el aval de Barreras condiciona la obra en Ferrol?

El pedido está incluido en la alianza firmada entre la Xunta y la petrolera mexicana que también implica, entre otros, la instalación de una base de la empresa en el puerto exterior coruñés. El Gobierno gallego mantiene que para la compañía petrolera es muy importante que la obra comience de forma simultánea, por lo que se liga el inicio de los buques en uno y otro astillero. Sin embargo, los representantes de los trabajadores de Navantia ya han advertido que podría darse la paradoja de que Barreras cerrase ya el aval y comenzase de inmediato la obra, mientras que los astilleros de la ría ferrolana, al ser una empresa pública, están obligados a sacar a concurso los trabajos, por lo que podría demorarse semanas hasta el inicio del corte de chapa.

¿Son las garantías del astillero vigués el único bloqueo?

No. Tras la firma del contrato se produjeron elecciones en México y se produjo un relevo en el Gobierno. Los cambios en el Ejecutivo han tenido un reflejo también en la petrolera, que es estatal. De hecho, el bloqueo a la obra fue reconocido explícitamente por el Gobierno español cuando el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, anunció que se había «desatascado el tema de la construcción de dos buques en astilleros gallegos». Los viajes al país para impulsar el proceso por parte de responsables de ambas compañías se han sucedido, pero por el momento sigue sin comenzar la fabricación en los talleres.

¿Navantia efectúa algún tipo de tarea en este encargo?

Sí. De hecho, cuenta con una oficina propia para el proyecto, ubicada en las instalaciones del astillero ferrolano que antes ocupaba la unidad de la eólica marina, que fue trasladada para la antigua Astano. Se han llevado a cabo trabajos técnicos, de avance en el diseño del navío, el primero del sector civil que se fabricará en la ría ferrolana en los últimos veinticinco años.

¿Por qué es tan urgente que comience este pedido?

Porque en estos momentos solo hay un barco en construcción en las plantas públicas, el segundo megabuque para la Armada de Australia, y está en su fase final. Con 2.000 operarios auxiliares que perdieron sus empleos y parte de la plantilla directa ya en subactividad, el arranque de la construcción del buque hotel tendría además el efecto sobre el ánimo colectivo de que algo se mueve, de la nueva ocupación.

¿Llegará para ocupar a toda la plantilla?

No. Aunque la Xunta anunció que la fabricación del buque generaría ocupación para 1.500 trabajadores durante dos años, los miembros del comité rebajaron esa cifra a poco más de 400. En cualquier caso, a partir del verano, cuando la obra del Adelaide descienda en picado, los 2.500 operarios directos de Navantia y los 1.800 que aún hay actualmente apenas tendrán ocupación.

un encargo sin arrancar el pedido de la petrolera mexicana pemex