La crisis institucional por el saneamiento pone en riesgo acuerdos futuros
08 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.La relación entre Ferrol y Narón vive estos días su peor momento en lo que va de mandato. Las más que explícitas tiranteces surgidas por la falta de acuerdo sobre la gestión de la red de saneamiento ha despertado fantasmas dormidos y traído al presente aquellos años en los que el conflicto definía los inexistentes lazos entre los gobiernos entre ambos municipios. Narón advierte de que la situación ha creado «desconfianza» para acuerdos futuros y, de hecho, se plantea asumir en solitario su servicio de bomberos cuando venza el convenio en vigor, a finales de este año. En el anterior mandato, un simbólico pacto estratégico para estrechar relaciones que los entonces regidores -el ferrolano Vicente Irisarri (PSOE) y el naronés José Manuel Blanco (Tega)-escenificaron en plena frontera, bajo el puente de As Cabras, sentaba las bases para la colaboración en diversos aspectos: desde la cohesión urbanística al desarrollo industrial. Y sobre todo, una vocación de cooperación y cordialidad entre concellos vecinos inédita hasta aquel agosto del 2009, que no ha tenido continuidad en el actual mandato. ¿Dónde ha quedado ese pacto? «Na ponte das Cabras», ironiza Blanco, uno de sus protagonistas.
el origen
Los convenios de bomberos y aguas, detonantes ahora convertidos en desacuerdos. La firma del convenio para compartir el parque de bomberos fue el precedente de las nuevas relaciones intermunicipales. También la regularización del precio del agua a Narón, en tiempos de Xoán Gato. Lo que un día sirvió para unir, actualmente cimenta las divergencias.
Narón no descarta dejar el acuerdo por los bomberos ante los «incumplimientos» de Ferrol, entre ellos, la falta de una comarcalización efectiva. Y desde Ferrol se defiende que lo pactado por el suministro potable es «perjudicial» para los ferrolanos. E incluso aprobó a inicios del mandato subir el precio por metro cúbico a los municipios a los que abastece, pero que no llegó a ejecutar.
urbanismo
Cohesionar zonas limítrofes. Se intentaba homogenizar el aspecto de calles fronterizas, que presentaban distinta estética y grado de urbanización. Más allá de unas reuniones iniciales, no se dieron más pasos.
infraestructuras
Construcción de una piscina olímpica. La ejecución de una piscina climatizada compartida de 50 metros de largo era uno de aquellos objetivos iniciales. En este caso no solo el abandono del pacto, sino la crisis tumbaron cualquier expectativa.
mancomunidad
Impulso al ente supramunicipal. Es uno de los aspectos en los que sí prosperó la colaboración entre los dos concellos y otros de la comarca. Primero se logró la gestión profesional de la Mancomunidad. Y después, vinieron los primeros acuerdos: la contratación conjunta de la recogida de residuos municipales, el primer servicio compartido; la programación deportiva para personas con discapacidad y más recientemente, la gestión mancomunada del centro de recogida de animales de Mougá.
industria
Coordinación de Mandiá, Leixa y Río do Pozo. El decálogo de colaboración incluía la cooperación en el marco ecnómico e industrial. Y se incidía en que el entonces proyecto del parque logístico de Mandiá y Leixa, hoy abandonado, debía ser compatible con el polígono de Río do Pozo. Ferrol y Narón pagaron connjuntamente el estudio previo para la estación intermodal entre el polígono naronés y Leixa, sin perspectivas de futuro. también se proponía el soterramiento de las líneas de alta tensión que todavía perviven en algunos barrios. Y aún siguen en pie.
medio ambiente
Alquiler de bicicletas compartido. Es, por el momento, el último acuerdo bilateral Ferrol-Narón. Se firmó en julio del pasado año y sirvió para que Ferrol y Narón compartiesen el servicio de bicicletas de alquiler, de forma que los usuarios pudiesen subirse en un municipio y apearse en el otro, y también las tasas.
el pacto del puente de as cabras roto y sin efecto cinco años después de su firma
En los últimos días, el regidor ferrolano, José Manuel Rey Varela, se obstinó en repetir que «no hay ningún enfrentamiento» entre ambos municipios, al menos desde Ferrol. Una tesis en la que se reafirma: «Yo lo que creo es que los enfrentamientos son una cosa del pasado. Hay que tener expectativas a medio y largo plazo. Y la colaboración es fundamental». Sobre la situación actual con Narón, sostiene que «mantengo toda la colaboración», aunque siempre «bajo la premisa de que esa colaboración no puede perjudicar los intereses de los ferrolanos», como ocurrió, recuerda, con los acuerdos del agua. Además, considera que «la voluntad de los territorios y de las personas» debe primar sobre «la de los gobiernos».
Desde Narón se culpa a Ferrol y su decisión unilateral sobre la gestión de la red de saneamiento de la situación actual, que podría acarrerar consecuencias. «Cada un ten que defender os seus intereses», ratifica el alcalde, José Manuel Blanco Suárez. Hasta el punto de que lo sucedido «nos leva a desconfiar de futuros acordos». «Non podemos confiar nunha persoa que di que xa nos chamará e despois aproba en solitario a xestión», incide. Garantiza que los acuerdos en curso «seguirán en marcha». Y mantiene las puertas abiertas a la negociación sobre otros asuntos. El primer tema en la agenda será el convenio de bomberos. Vence el 31 de diciembre y «no 2015 tomaremos unha decisión», que podría pasar por salirse de ese acuerdo. «Ferrol quedou en facer o parque comarcal e o único que fixo foi xestionar coa Deputación unha subvención por 200.000 euros», señala.