«Se nos hace muy cuesta arriba seguir aquí, pero después de tanto tiempo nos da pena dejarlo»

Es el último pequeño comercio que queda en Porta Nova, más allá del supermercado Gadis. La óptica Novalux abrió sus puertas hace más de dos décadas. Y poco a poco se ha ido quedando sola. Remedios López es desde hace 21 años la cara de esta tienda que, pese a las circunstancias, sigue atrayendo un goteo de gente. Junto a ella, ayer también se encontraba la gerente del grupo, Verónica Alarcón, que reconocía las dificultades. «Se nos hace muy cuesta arriba seguir aquí», admite. «Hay meses que es muy difícil mantener esto. Pero continuamos porque tenemos la esperanza de que alguien lo coja y esto mejore», señala. Y «porque después de tanto tiempo nos da pena dejarlo», añade. Pero no cabe duda de que «si esto funcionara como un centro comercial y hubiera más negocios estaríamos más contentas». Y la caja del negocio también, porque... «¿Quién te ve aquí, si por aquí no pasa nadie?», lamenta Remedios. La sensación cala también entre los clientes: «Nos dicen que no saben cómo seguimos aquí. Y que es una pena», relatan. Porque las potencialidades del centro, defienden, son amplias: «Está situado en una zona muy buena y creemos que funcionaría bien como centro comercial de barrio». Pero ahora, «es un despropósito».

Ya han escrito al Concello pidiendo que se saquen a concesión los locales para que abran otros negocios. La respuesta que han recibido es que actualmente no hay empresas interesadas.

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