Imaginación y memoria

José Picado DE GUARISNAIS

FERROL

03 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La pandemia nos aisló y nos zarandeó. Estamos saliendo de las zarpas del coronavirus pero no lo derrotamos. El covid 19, como otros muchos patógenos microscópicos, permanece a nuestro lado. No nos deja solos y nos recuerda la posibilidad -cierta- de que en algún otro momento nos vuelva a confinar. El balance del aislamiento padecido, involuntario y obligatorio pero comunicado (teléfono, televisión, radio, internet, redes sociales, aplicaciones de mensajería, videoconferencias, etcétera) es cruel por antisocial. Pero tuvo un fantástico remedio: el libro. Los españoles leímos más y leemos más. Abren nuevas librerías, se reactivan las editoriales, se llenan las bibliotecas y hasta se colonizan nuevos espacios: en cafés, centros de ocio, bibliotecas ambulantes, digitales… Stefan Zweig decía que desde que existe el libro nadie está completamente solo pues tiene al alcance de su mano el presente y el pasado, el pensar y el sentir de toda la humanidad. El libro se ha mostrado como un artefacto milagroso y terapéutico, inmortal, capaz de esperarnos cuando nos recomponemos de una catástrofe como la vivida. Así nos lo recuerda Irene Vallejo en El infinito en un junco y así nos lo enseñaba Jorge Luis Borges. El libro es el más asombroso instrumento inventado por el hombre, y lo es, decía, porque «es una extensión de la imaginación y la memoria». En algunos seminarios citaba a Milan Kundera: «Para liquidar a los pueblos se empieza por privarlos de la memoria. Destruyen tus libros, tu cultura, tu historia. Alguien escribe otros libros, les da otra cultura, inventa otra historia; después la gente comienza a olvidar lentamente lo que son y lo que fueron». 

Estamos en plena celebración de La noche de los libros. No aquí, en Ferrol, ni ahora, naturalmente, pero sí en otras ciudades españolas y en su capital, la Villa de Madrid. Aquí sabemos celebrar la noche de las Pepitas y la noche de la moda, aunque lo decimos en pitinglish: La fashion nigth.

Aunque uno no se resigna a imaginar -seguimos con Borges- como sería el homenaje, día y noche, al libro. Programa: conferencia de un gran escritor en el Jofre; clubes de lectura en el Ateneo, Biblioteca Municipal y Casa del Patín; tertulias literarias en los cafés; visita y (re)descubrimiento de la Biblioteca Naval; encuentros literarios en el dique de la Cabana, muelle de Curuxeiras, Fontelonga, y fábrica de lápices; romería al monte de los Poetas, en la ladera de Brión; conversaciones en la fuente de San Roque; y talleres, cuentacuentos, conciertos, lecturas dramatizadas, rutas presenciales y encuentros digitales, y, como no, unas flores y un saluda a Gonzalo Torrente Ballester en el jardín botánico del campus universitario. Ferrol, ciudad lectora.