«Cultura del odio»

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

29 ene 2023 . Actualizado a las 21:49 h.

El título parece una irreverente paradoja. Cultura y odio no concuerdan. Pero, por desgracia, esa paradoja define con realismo, cómo en esta querida España hay brotes negros, pero muy bien alimentados, de ese sentimiento que define la actitud más perversa del ser humano. Nada puede ser más peligroso para la democracia y la convivencia que crear un caldo de cultivo en el que se fomente el enfrentamiento y la fractura de la sociedad en buenos y perversos (malos es demasiado suave para describir la retahíla de descalificativos, cargados de violencia verbal, que usan en sus discursos los radicales, sean de izquierdas o de derechas, que viven y quieren sobrevivir de incendiar el clima político y social para que vuelvan las, para ellos, necesarias dos Españas. En la multitudinaria manifestación celebrada en toda España unos días después del 23F, solo hubo una voz: la del pueblo unido para defender la democracia. Parecía que los tiempos obscuros del golpismo, de la intolerancia y del odio entre hermanos habían sido superados por el espíritu de reconciliación de la Transición. Pero algo está cambiando. El gobierno de España ha decidido que su principal misión es liberar a España de fascistas y empresarios despiadados. Y el instrumento más eficaz es promover el odio hacia «los otros españoles». Y ya ha nacido una estrella en ese firmamento de odiadores, que escupe su odio, incluso a su diploma, desde una universidad pública al recoger el premio a la excelencia? Y por ese vulgar, incendiario e intolerante discurso ya ha recibido otro premio: El ofrecimiento de un cargo político en Más Madrid. Y, por cierto: la complicidad del ministro de Universidades…