El Consejo de Seguridad Nuclear tendrá que dar la luz verde definitiva antes de que se reanude la producción de forma habitual en Narón
28 jul 2023 . Actualizado a las 23:13 h.Un mes y medio después del incidente radiactivo que paralizó la actividad en Megasa, la empresa ha comenzado a producir en pruebas. Desde el pasado martes, día 25, la siderúrgica naronesa llevó a cabo varias tareas de fundición al día, que le servirán para evaluar si en el material resultante hay restos del Cesio-137 detectado a mediados de junio en la factoría.
La previsión que manejan los responsables de la compañía es la de mantener las denominadas coladas al menos hasta mañana, domingo. Si los análisis confirman que no existe contaminación, la compañía podría volver a operar y dejar atrás definitivamente el episodio que ha interferido de lleno en su actividad.
No obstante, previamente a su arranque definitivo, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) —que dio el visto bueno al plan de limpieza y descontaminación aplicado por Megasa— tendrá que pronunciarse. Fuentes del organismo explicaron recientemente que llevará a cabo una inspección previa a la autorización de funcionamiento.
Aunque la afectación de las instalaciones por el material radiactivo fue menor —según reseñó en su momento el CSN—, en el supuesto en el que las evaluaciones realizadas tras estas primeras jornadas de producción indicasen que se rebasan los niveles mínimos exigidos, sería necesario que Megasa acometiese de nuevo tareas de limpieza. Posteriormente, habría que efectuar otras mediciones, hasta demostrar que se alcanzan los ratios establecidos.
Principios de junio
El episodio de contaminación se produjo el día 8 de junio, tras saltar la alarma en uno de los arcos de detección de la factoría cuando salía un camión con polvo de depuración, un tipo de residuo que se genera como consecuencia del proceso de fundición.
Inmediatamente, se puso en marcha el conjunto de medidas que regulan este tipo de incidentes, el Protocolo de colaboración sobre la vigilancia radiológica de los materiales metálicos, que llevó al CSN a realizar mediciones, las primeras de las cuales reflejaron que no se había producido afectación al medio ambiente.
Aunque por el momento no hay resultados concluyentes, desde el principio se apuntó a la posibilidad de que el material contaminante encapsulado en una pieza de plomo o de otro material aislante, y así fue como la partida de chatarra pudo pasar los controles de acceso a la factoría sin que fuese detectado.
Inmediatamente se paralizó la actividad de la acería y también del sistema de extracción, ya que el polvo con niveles radiactivos detectado en el camión tuvo que pasar por esas instalaciones.
A instancias del Consejo de Seguridad Nuclear, Megasa acometió revisiones no solo al personal que pudo haber estado en contacto con el horno y las mencionadas dependencias, sino también a aquellos que así lo demandaron, tras manifestar preocupación por su estado de salud. Como consecuencia de aquellas evaluaciones, se confirmó que ningún trabajador había resultado afectado por las emisiones radiactivas.
Paralelamente, se iniciaron las tareas de limpieza y descontaminación, que se prolongaron durante varias semanas.
Un ERTE
La plantilla se fue de vacaciones hasta el pasado día 25, aunque el personal adscrito a la sección de acería —alrededor de medio centenar de trabajadores— estuvo afectado durante unos días por un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), debido a la falta de actividad que implicaba la paralización de esas dependencias. Mientras el horno continuaba parado, la sección de laminación no se vio afectada en ningún momento y continuó operando, al utilizar la materia prima que ya tenía acumulada en las instalaciones.
En este episodio, como en el resto de ocasiones, Megasa optó por el silencio. Queda pendiente que se determine oficialmente lo que sucedió, aunque apunta que se repitieron las mismas circunstancias que en otros incidentes en siderúrgicas del país.
La plantilla trabajará durante el mes de agosto en turnos de mañana y tarde
Megasa —dedicada a la producción de acero corrugado en barra, en rollo salvaje y alambrón— cuenta con una plantilla formada por 130 personas, medio centenar de las cuales forman parte de la sección de acería. Después de esta última etapa, marcada por las consecuencias del incidente radiactivo tras la contaminación detectada el día 8, si se dan las circunstancias favorables, se retomará la actividad habitual con los turnos previstos. Así, durante agosto funcionarán los turnos de mañana y tarde, según afirmó el presidente del comité de empresa, Carlos Bascoy.
También añadió que, después de que se produjeran las primeras coladas desde el pasado martes, entre el lunes y el miércoles «se descansará» para continuar después la actividad.
Megasa, como empresa electrointensiva que es, ha puesto en marcha distintos turnos y medidas en los últimos años ante la subida de la factura eléctrica.