Juicios sumarísimos

Nona I. Vilariño MI BITÁCORA

FERROL

María Pedreda

28 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay noticias que permiten teñir su difusión de un sensacionalismo morboso que acaba devorando el fondo tras una tormenta perfecta, que impide diferenciar la necesaria e irrenunciable lucha en defensa de los derechos fundamentales de la persona, de su uso como justificación de la vulneración de otros derechos, también fundamentales. No voy a contribuir al juicio sumarísimo que se celebra en la plaza pública de las redes y sus altavoces a raíz del inaceptable comportamiento, tras la final del Mundial de Fútbol Femenino, del innombrable presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Pero eso no implica que no lo condene, rechace y considere merece sanción inmediata de la justicia deportiva. Y que, se inicie, además, el consiguiente proceso judicial ordinario, que proceda, a él y a otros posibles implicados. Hace tiempo que conozco su currículo. Y el personaje, que ha gozado de impunidad en actuaciones bajo fundada sospecha de vulnerar la ley, ha perdido mi respeto. Pero no cometeré el error de calificarlas como delitos, con nombre y apellidos, porque incurriría en la contradicción de hacer lo mismo que critico. Y aún sabiendo cómo algunos manipularán mis palabras, quiero denunciar con el valor que tenga, que una ola de impunidad para juzgar, condenar y mandar a la «hoguera» a según quien recorre España. Y la diferente vara de medir ya se acepta como norma para indultar a la carta o condenar en un juicio sumarísimo, público y retransmitido a quien, cuándo y cómo interesa. Y, lo peor es que se hace, dicen, para proteger esos derechos. Me pregunto: ¿qué derechos, y de quién, se pueden vulnerar para proteger otros igual de fundamentales?