La tienda de ropa que da empleo a quien más lo necesita: «Me ha cambiado la vida, tenía pocas esperanzas y muchas preocupaciones»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

Manuel, recogiendo la ropa del contenedor situado en la plaza de O Inferniño
Manuel, recogiendo la ropa del contenedor situado en la plaza de O Inferniño JOSE PARDO

Tras cuatro años sin trabajo, Manuel logró volver al mercado laboral gracias al proyecto Moda re- de Cáritas, que acaba de estrenar un «corner» en Alcampo

21 dic 2023 . Actualizado a las 18:14 h.

Prefiere mantenerse en el anonimato, así que pongamos que se llama Manuel. A las nueve de la mañana, este ferrolano de 35 años ya ha vaciado el contenedor de ropa de Cáritas de la plaza de Rosalía y otros dos que hay en Alcampo. «Ya he metido en la furgoneta unos 280 kilos de ropa, pero todavía me queda mucha ruta por delante. En Ferrol, la recogida de un día nunca baja de los 1.000 kilos y puede alcanzar los 2.000 en las épocas en las que más se dona», comenta frente a un café en un descanso de su jornada laboral.

Manuel es una de las más de cuarenta personas en riesgo de exclusión social que han conseguido trabajo en Galicia gracias a Moda re-. Bajo esta marca palpita un proyecto textil de Cáritas que no solo persigue la inserción laboral de los más desfavorecidos, sino también la reutilización de la ropa usada y la «dignificación» de la entrega de esos textiles a personas con escasos recursos, a través de la red de tiendas que llevan el nombre del proyecto. En total, en toda Galicia, Moda re- cuenta con once espacios comerciales: cinco tiendas en Santiago, otras tres en Vigo y tres «corners» en establecimientos de Alcampo, dos de ellos en la ciudad olívica y uno en Ferrol, que se estrenó hace pocos días.

Según explica María Luz Jorge, responsable del proyecto Moda re- en Galicia, en las tiendas de la cadena las personas con pocos recursos pueden recoger la ropa de forma gratuita mediante unos vales que les entrega Cáritas, mientras que el resto de los clientes la adquieren a precios súper reducidos, de entre 2 y 30 euros. «Se trata de un proyecto sin ánimo de lucro», recalca María Luz Jorge, por lo que todos los beneficios que se obtienen por la venta de la ropa revierten en esta iniciativa de carácter solidario y se utilizan para pagar el salario de los trabajadores, los costes que genera la recogida y tratamiento de la ropa, así como el alquiler de los locales.

JOSE PARDO

Pero volvamos a Manuel y a lo que ha supuesto para él Moda re-. «A mí este empleo me ha cambiado la vida, porque llevaba cuatro años sin trabajar, con pocas esperanzas y muchas preocupaciones. Volver a trabajar me ha dado la vida y mucha tranquilidad», comenta sonriente.

Cuenta que hace años se ganaba el pan en el sector del metal, pero, tras quedarse sin trabajo, no fue capaz de encontrar otro empleo en ese mismo ámbito. «No tengo ningún título ni FP, solo mi experiencia laboral», explica. Y como vive con su padre, que cobra una pensión, tampoco pudo acceder a ninguna ayuda tipo de social. «¡Pero con 600 euros de pensión ya me dirás tú como viven dos personas!», advierte Manuel, que reconoce que difícilmente llegaban a fin de mes y muchas veces hasta se tenía que «quitar de cenar».

La suerte le sonrió por fin cuando llamó a la puerta de Cáritas y le ofrecieron la posibilidad de trabajar en Moda re-, recogiendo la ropa de los contenedores de la zona norte de Galicia y llevándola a Vigo, donde la entidad cuenta con una planta en la que se hace una selección de las prendas. Las que se encuentran en buen estado se ionizan antes de distribuirlas por las tiendas, y las que no, se envían a otra nave de Madrid, donde se transforman en trapos, hilos y otros tejidos que se venden a grupos textiles como Inditex.

 «Llevo ya ocho meses y la verdad es que estoy muy contento, porque me gusta conducir y también el trabajo físico. Además, cada día es diferente: un día me toca ruta por Ferrol, otro por el Ortegal... Y una o dos veces a la semana me toca ir a Vigo a llevar toda la ropa recogida», explica. «Además, el salario está bastante bien y todo va por convenio. Si hago horas extras, me las pagan o me las devuelven en tiempo, cosa que no hacían otras empresas en las que trabajé», comenta Manuel. «Estoy tan contento que, por si mí fuese, seguiría aquí toda la vida», añade a continuación. Pero eso no puede ser. «Los trabajadores de Moda re- tienen un contrato de inserción laboral que no puede durar más tres años. Pero, durante ese tiempo, se les da formación y herramientas para que en el futuro puedan integrarse de nuevo en el mercado laboral ordinario», apunta María Luz Jorge.

Pañales usados, bolsas de basura y hasta escombros de obras en los contenedores 

Manuel se muestra encantado con su trabajo al pie de los contenedores de Cáritas, a pesar de que muchas veces se encuentra con desagradables sorpresas a la hora de vaciarlos. «A mí nunca me ha gustado trabajar con guantes, pero, después de una semana, decidí empezar a usarlos. Los contenedores de Cáritas están pensados para depositar ropa y calzado, pero yo me he encontrado de todo: pañales usados, bolsas de basura, escombro de obra, secadores de pelo... Y también botellines vacíos, sobre todo los lunes, después del fin de semana», apunta. Y entre los contenedores más usados, cita el de la plaza de San Amaro, en Esteiro, que tiene que ir a vaciar cada tres días.