Mujeres que rompen moldes en aulas llenas de hombres: «Hay que cambiar el chip»

FERROL

Laura Alcántara y Ana María López
Laura Alcántara y Ana María López JOSE PARDO

Laura es la única alumna en el ciclo de Mecatrónica del CIFP Ferrolterra, y Ana, en el de Habilitación Naval. «En clase soy una más», coinciden las dos

13 feb 2024 . Actualizado a las 16:51 h.

Hoy en día no hay ninguna barrera que impida a una mujer acceder a estudios tradicionalmente ligados al género masculino —y lo mismo sucede al revés—, pero la brecha de género sigue ahí y los estudios de FP no son una excepción. Mientras ellas siguen copando los ciclos relacionados con la sanidad, los servicios a la comunidad o la imagen personal, la presencia de las mujeres en estudios de la rama tecnológica o industrial apenas supera el 11 %, según los últimos datos del Observatorio de FP.

Un buen lugar para hacer la «prueba del algodón» es el CIFP Ferrolterra de Ferrol, donde se imparten ciclos de seis de las familias más «masculinizadas»: Madeira, moble e cortiza; Electricidade e electrónica; Fabricación Mecánica; Transporte e Mantemento de Vehículos; Enerxía e agua; e Instalación e mantemento. Si hace tres años, 67 de los 840 estudiantes del centro eran mujeres (casi un 8%), en este curso 2023-2024 la situación no ha mejorado, sino que la brecha todavía se ha hecho más grande. Según apunta el director, Enrique Pazo, de las 1.130 matrículas actuales, solo unas 60 tienen nombre de mujer, lo que supone menos del 6%.

Laura es la única alumna en el ciclo de Mecatrónica y próximamente comenzará la formación práctica en Siemens Gamesa
Laura es la única alumna en el ciclo de Mecatrónica y próximamente comenzará la formación práctica en Siemens Gamesa JOSE PARDO

Las cifras resultan especialmente raquíticas en determinados ciclos, como el Dual de Mecatrónica o el de Habilitación Naval, con solo una mujer en cada una de sus aulas. Ellas son Laura Alcántara y Ana María López y las dos tienen algo en común: ambas procedían de ámbitos tradicionalmente ligados al sexo femenino, pero, en un momento dado, descubrieron que lo que más les gustaba era el trabajo en el taller y «mancharse las manos de grasa».

Con esas palabras lo relata la argentina Laura Alcántara. «En Buenos Aires estudiaba Enfermería, pero al venir a España me encontré con dificultades para continuar aquí la carrera, porque había mucha lista de espera, así que me acerqué al CIFP Ferrolterra, porque era el centro que me quedaba más cerca de casa. Mecatrónica fue el ciclo que más me llamó la atención y pensé: ‘¿Por qué no? Siempre está bueno estudiar cosas nuevas'», explica Laura.

Al llegar a clase descubrió que era la única mujer en un aula de quince personas. «A veces, al verme rodeada por tantos chicos, me digo a mí misma, ¿pero qué hago yo aquí? Pero luego veo que eso da igual, porque en clase soy una más y nadie me trata de forma diferente por ser mujer».

En Mecatrónica estudia electricidad, soldadura, diseño técnico, materiales... Y a finales del mes de marzo se incorporará a alguna de las instalaciones de Siemens Gamesa para realizar la formación práctica, centrada en el montaje y mantenimiento de parques eólicos. «He descubierto que me encanta este mundo y me gustaría dedicarme a esto en el futuro», dice convencida Laura, que actualmente compagina sus estudios con un trabajo como manicurista en una peluquería de la zona.

Al preguntarle a qué achaca la baja presencia de mujeres en ciclos como el suyo, no lo duda: «Aunque hemos avanzado mucho, la sociedad todavía tiene que cambiar el chip en muchos aspectos. Creo que todo depende de lo que tú hayas visto en tu casa. En la mía, todo el mundo hacía de todo, no había machismo y mi padre planchaba y cocinaba», apunta.

Ana María López trabajó en el departamento de patronaje de Pull & Bear y ahora cursa un ciclo de Habilitación Naval en el Ferrolterra
Ana María López trabajó en el departamento de patronaje de Pull & Bear y ahora cursa un ciclo de Habilitación Naval en el Ferrolterra JOSE PARDO

De la misma manera opina Ana María López, que no es solo la única mujer en el ciclo de Habilitación Naval que el CIFP Ferrolterra imparte en un mano a mano con Gabadi, sino también la estudiante de más edad. Tiene 43 años, cuando el resto de sus compañeros no pasan de los treinta, y compagina lo estudios con el cuidado de sus tres hijas de 23, 14 y 8 años. Pero ni una cosa ni la otra ha supuesto un problema para ella. «En clase soy una más —coincide con Laura— y nadie me trata de forma diferente o condescendiente por ser mujer», asegura.

En el pasado trabajó como costurera de patronaje en Pull & Bear y también como limpiadora, pero asistió a un taller de soldadura organizado por el Concello y le gustó tanto que no dudó en apuntarse al curso de Habilitación Naval del Ferrolterra. «Siempre he sido muy manitas y ya de niña ayudaba a mi padre si había que hacer algún arreglo en casa», cuenta Ana.

A finales de este mes de febrero comenzará la formación práctica en Gabadi. Y al finalizar el curso, obtendrá una certificación profesional en habilitación naval, reconocida por la UE, que espera que le abra las puertas al mundo laboral. «Creo que es un sector con muchas oportunidades de futuro y yo tengo claro que el trabajo de taller es lo que más me gusta. No soportaría estar encerrada en una oficina», concluye Ana.