Veinte años tras la barra del Manchita: «Esto es como mi casa y yo soy el anfitrión»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL

Suso García Eiroá, retratado en el Manchita Cosa, que a finales del 2023 celebró su vigésimo aniversario
Suso García Eiroá, retratado en el Manchita Cosa, que a finales del 2023 celebró su vigésimo aniversario JOSE PARDO

Suso García Eiroá escribe poemas, adora la música, y desde hace ya dos décadas, anima las noches del barrio ferrolano de A Magdalena desde un local con mucha personalidad y ritmos alternativos

17 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

A través del Instagram del Manchita Cosa, Suso García Eiroá (Ferrol, 1972) convoca a su parroquia con pequeñas piezas audiovisuales que invitan a la carcajada. En la última de ellas entona el Banana Boat Son de Harry Belafonte con pelos electrizados. Hay otra en la que lo da todo con pelucas y gayumbos multicolor. Y con su ingenio hasta es capaz de hacer sonar el I will survive de Gloria Gaynor en boca de la mismísima Virgen de Chamorro . «Siempre he sido un poco payaso, tengo alma de clown y me gusta hacer reír a la gente», confiesa sonriente tras una de las de las máquinas de coser reconvertidas en mesas que pueblan su local.

Para quienes no lo conozcan, Suso «Manchita», como lo llama todo el mundo, comanda uno de los templos nocturnos más longevos y con más personalidad del barrio ferrolano de A Magdalena. Abrió sus puertas a finales del 2003, hace ya más de veinte años, y todo parece indicar que todavía le queda cuerda para rato. «Siempre he dicho que lo cerraré cuando ya no me divierta, pero han pasado veinte años y sigo pasándomelo bien, así que de momento de aquí no me muevo», apunta para la tranquilidad de su clientela.

Son las doce del mediodía, fuera luce el sol, pero dentro del Manchita está tan oscuro que solo haría falta una copa y música en los altavoces para lanzarse a la pista. «Para mí no hay nada más bonito que ver el local lleno de gente bailando y pasándolo bien», confiesa antes de rebobinar en su memoria para recorrer la historia del Manchita.

Suso cuenta que en sus años mozos nunca pensó en dedicarse a la hostelería nocturna. Estudió INEF y hasta comenzó una tesis sobre «creatividad y motricidad», pero la universidad le decepcionó y decidió abandonar el camino que había emprendido para convertirse en profesor.

Fue entonces cuando surgió la idea de montar un local nocturno con su amigo Narsés Mira. Juntos subieron la persiana del Manchita Cosa en octubre del 2003. Al cabo de un año y medio, Narsés abandonó la nave, pero Suso decidió seguir al frente del timón y siempre tuvo muy claro el rumbo a seguir. Quería que el Manchita no fuera solo un pub, sino también un refugio cultural para albergar exposiciones, presentaciones de libros o conciertos, y que se convirtiese, además, en meca de la música alternativa. «Al principio sonaba mucho funky, soul y rock & roll, mientras que ahora el Manchita está más orientado a la electrónica», explica Suso, para quien una noche perfecta tendría como banda sonora algún tema de Django, django, Jungle, y por supuesto, Nick Cave, uno de sus grandes ídolos.

JOSE PARDO

Con el paso del tiempo el Manchita dejó de albergar conciertos, pero el pub continúa comprometido con el arte y la literatura (es uno de los locales de referencia para los participantes en la Semana da Poesía Salvaxe) y Suso sigue fiel a sus principios y gustos musicales, que renueva constantemente, porque no quiere anclarse a lo ya conocido. «Los ratos libres los dedico a leer, escribir poesía, ver cine, y sobre todo, a escuchar música nueva, porque soy un obseso de la música y me encanta descubrir cosas nuevas», comenta.

De la noche ferrolana del pasado echa de menos referentes como Cazadores, Pinsapo o el Ghetto, pero Suso no es de esos que se dejan llevar por la nostalgia, y por eso celebra la aparición de otros locales nuevos que encajan con su personalidad, como La Room o la sala Ruído, y mira al futuro con optimismo. «Hubo momentos de mucho bajón, como cuando vino la crisis económica del 2008, pero ahora parece que todo va mejor y Ferrol está más animado», dice con espíritu positivo.

Por la calle Magdalena transita ahora gente mucho más joven que hace años, pero el Manchita mantiene el fuelle para atraer a una clientela intergeneracional, en la que lo mismo te puedes encontrar a «un chico de 18 que a un señor de 65». Y tras la barra, Suso sigue ejerciendo el papel que más le gusta. «Esto es como mi casa y yo soy ese anfitrión que se preocupa y hace lo que sea para que te sientas a gusto».