Conceden 92.333,78 euros a un motorista de As Pontes que perdió un brazo en un accidente con un corzo

Bea Abelairas
B. abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

Imagen de archivo de un quitamiedos en la comarca
Imagen de archivo de un quitamiedos en la comarca JOSE PARDO

Solicitaba más de 600.000 a la Xunta por el quitamiedos afilado que causó heridas gravísimas y le incapacitó para seguir trabajando de camionero

01 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El accidente fue hace quince años: un 30 de agosto a las ocho media de la tarde un motorista de As Pontes se estrelló en la AC-101 (de As Pontes hacia Ortigueira, en el punto kilométrico 26). Se le cruzó un corzo; se salió de la vía por el margen derecho y colisionó con un afilado quitamiedos de la carretera. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia le concede una indemnización de 92.333,78 euros, mucho menos de lo que reclamaba a la aseguradora y a la Xunta, por tener una valla metálica peligrosa en la vía.

El hombre tenía 40 años y sufrió lesiones muy graves, como la amputación de un brazo y un corte en una pierna, pero también traumas posteriores, como un profundo síndrome depresivo reactivo (un trastorno emocional que sobreviene como respuesta a un suceso externo identificable).

Incapaz para ser camionero

Tras un mes ingresado, pasó a un hospital de rehabilitación, pero le quedó una incapacidad permanente para su profesión de camionero. Un año y un mes después del siniestro, formuló reclamación de responsabilidad patrimonial contra la Xunta fijando la indemnización en 600.000 euros y alegando que fueron las biondas cortantes las que complicaron el siniestro. La consellería se negó al pago y el caso saltó a los tribunales: primero con un recurso ante el Juzgado de lo Contencioso-administrativo 2 de A Coruña, que se inhibió por falta de competencia a la sala de lo Contencioso de el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG).

En el largo proceso judicial se presentaron declaraciones e informes de dos peritos que acreditaron que la existencia de las biondas en el margen de la carretera provocó que se agravasen las lesiones del hombre, «aún cuando la caída se produjera por una conducción negligente solo a él imputable. De no haber existido esos postes de sujeción el cuerpo habría continuado deslizándose por el arcén, o habría impactado contra ellos sin seccionarle extremidades, como sucedió».

Velocidad inadecuada

El TSXG considera que la «caída y el impacto con una valla de otro tipo le habrían podido ocasionar seguramente otras lesiones». Aunque considera que la causa del accidente fue la velocidad inadecuada y el hecho de que el conductor no era experto, porque había comprado la moto apenas unos días antes: «Mientras que la velocidad inadecuada es imputable al recurrente, la existencia de la bionda lo es a la Administración. Ello implica la existencia de un nexo causal entre el funcionamiento del servicio público y el daño, por lo que este segundo motivo del recurso de casación debe prosperar y la sentencia impugnada debe ser anulada».

En cualquier caso, realizan un repaso de los daños y las cantidades con las que se debe compensar al hombre accidentado y concluyen que no para las consecuencias derivadas de la bionda.

Solicitaba más de 600.000 a la Xunta por el quitamiedos afilado que le seccionó

El abogado de este motorista aportó pruebas de que la vida de este trabajador de As Pontes quedó truncada hace quince años, en especial por la existencia de una valla metálica afilada en la carretera. Por eso solicitaban una doble compensación: a la aseguradora y a la administración. De hecho, los peritos que intervinieron en el caso describieron los postes como «tipo C que tienen arista viva que es una guillotina» y sin protección para motoristas. A pesar de contar con bordes cortantes, el tribunal concluye que se ajustaban a la normativa vigente «sin acreditarse que la administración viniera obligada a sustituirlas por otros».