Cristina Tejera, endocrinóloga y divulgadora: «Congelar y tostar el pan es un buen truco para que no suba tanto la glucosa»
FERROL
La facultativa del CHUF acaba de publicar el libro «Afrontar la diabetes», un guía práctica para las personas que viven con este trastorno metabólico
01 feb 2025 . Actualizado a las 14:50 h.Cuando le tocó la hora de elegir carrera, Cristina Tejera (Cáceres, 1985) pensó en estudiar Biología y dedicarse a la investigación, pero le gustaba tanto escuchar y hablar con la gente que llegó a la conclusión de que sería más útil como médica, ayudando a los demás en el ‘tú a tú' de la consulta. Desde hace ya casi once años cumple ese sueño en el CHUF, donde esta especialista en endocrinología y nutrición hace de faro para muchos pacientes de diabetes tipo 1 y tipo 2. Y también como divulgadora científica a través de su cuenta de Instagram (@cristinatejerap), con casi 2.300 seguidores. Ahora da un paso más en esa labor con la obra Afrontar la diabetes. Dieta, insulina y los tratamientos exitosos, que sale a la luz con el sello de La Esfera de los Libros.
—¿Por qué decidió escribir esta obra?
—Es mi primer libro divulgativo y decidí escribirlo para dar respuesta a una necesidad que veía a diario en la consulta. Y es que hoy en día hay mucha información sobre diabetes, pero está desordenada y a veces es difícil de entender, y en las redes también hay personas que se autodenominan ‘expertos' y están difundiendo mensajes sensacionalistas y que van en contra la evidencia científica. Por eso, ante esta realidad, quise escribir una guía práctica, enfocada a los pacientes y a sus familiares, con herramientas para afrontar el día a día, y también para abordar aspectos de los que no se suele hablar, como la importancia de la salud mental en la diabetes.
—Habla de desinformación. ¿Circulan muchos bulos por Internet?
—Hay mucha desinformación sobre fármacos, como, por ejemplo, personas que se dedican a demonizar la insulina y decir que es mala, cuando este tratamiento es necesario en personas con diabetes 1 y en algunos casos con diabetes tipo 2. O que las personas con diabetes no deben comer muchas proteínas. Otro bulo muy extendido es que se puede curar la diabetes tipo 2, cuando tampoco es así. Sí es verdad que en algunos casos se puede controlar sin fármacos, pero a día de hoy no tenemos una cura.
Ver esta publicación en Instagram
—Dedica un capítulo entero a la alimentación. ¿Existe una dieta ideal para las personas con diabetes?
—Realmente, no. Lo que sí hay son muchos patrones alimentarios que han demostrado ser beneficiosos en diabetes, como la dieta mediterránea, nuestra dieta atlántica, la dieta vegetariana o la dieta baja en hidratos de carbono. Lo importante es encontrar un tipo de alimentación concreta que se adapte a cada paciente. Pero es verdad que hay algunos consejos generales que sí se pueden aplicar a todas las personas.
—¿Por ejemplo?
— Hacer un buen desayuno que tenga grasas saludables y proteínas es mejor que un desayuno de leche con galletas. Tanto al mediodía como a la cena hay que intentar que la mitad del plato sea de verduras. También insisto mucho en el consumo de legumbres, que están muy demonizadas, cuando realmente son muy positivas para el control de la diabetes. Y otra cuestión a tener en cuenta es que no solo es importante lo que se come, sino a qué hora se come, por que se ha visto que comer y cenar temprano, al menos dos horas antes de irse a la cama, es beneficioso para el control glucémico.
—En el libro también aporta trucos para poder disfrutar sin remordimientos de alimentos como el pan o la pasta.
—A veces me río en las charlas, porque hay gente que me dice que va a intentar que su padre, con 90 años, deje el pan, para controlar su diabetes. A esas edades es muy difícil cambiar hábitos, pero hay trucos que nos pueden ayudar. En el caso concreto del pan, que además aquí en Galicia es excelente, un buen truco para que no suba la glucosa es congelarlo y luego darle un tostado, porque eso genera almidón resistente. Y en el caso de la pasta, es mejor prepararla al dente o elegir una pasta de legumbres. Además, yo siempre digo que, si tienes diabetes, debes huir de los alimentos que se venden como ‘especiales para diabéticos', porque normalmente son productos ultraprocesados, llevan otros azúcares, contienen más grasas y encima son más caros. Cuanto más natural sea el alimento, mejor.
—¿Existe algún alimento prohibido para las personas con diabetes?
—Se puede comer de todo, con mesura, aunque obviamente hay alimentos menos saludables, que no se aconsejan. Por eso es muy importante tener una buena educación diabetológica, porque si sabes lo que te va bien y lo que te va mal, vas a hacer siempre mejores elecciones personales.
—¿Y qué pasa con el azúcar?
—No podemos prohibir a nadie que tome azúcar, pero sí le aconsejamos que cambie ese azúcar por otro tipo de edulcorante acalórico. No se trata de prohibir.
—¿Qué papel juega la salud mental?
—La diabetes impacta mucho a nivel psicológico, sobre todo la tipo 1, porque representa una sobrecarga las 24 horas al día, siete días a la semana. Antes llevabas una vida normal, y de buenas a primeras, dependes de la insulina para vivir. Ese impacto puede generar incluso patología mental con nombre propio, como el distrés por diabetes o el síndrome de burnout por diabetes, en los que necesitamos el apoyo de equipos psicológicos. Aunque yo no soy psicóloga, en el libro doy algunos consejos para cuidar la salud mental, como centrarse en el aquí y en el ahora y plantearse pequeños objetivos en el día a día. También tomarse los números como lo que son. Es decir, no soy ni mejor ni peor persona porque hoy tenga la glucosa en 40 y mañana en 400, sino que son solo puntos de referencia. Además, es importante que la persona comunique y haga partícipe de su situación a su entorno familiar y de amistades, para que le ayuden, no le den malos consejos y entiendan por qué hace determinadas elecciones, porque a veces juzgamos desde fuera sin saber.
—¿Hacen falta equipos multidisciplinares en el abordaje de este trastorno?
—Para nosotros, los endocrinos, resulta fundamental el papel de las enfermeras educadoras en diabetes, el de los médicos de familia, y ahora que tenemos la suerte de tenerlos, también el de los nutricionistas de los centros de salud. Lo ideal sería que en estos equipos también se integrasen profesionales de la psicología y de la actividad física, como ocurre en otros sitios.