Siete mires de familia de último curso refuerzan ya la atención en el área sanitaria de Ferrol: «Llevo yo sola la consulta, pero con apoyo»

beatriz antón FERROL / LA VOZ

FERROL

Esther García Santiso, mir de familia, en el centro de salud de Pontedeume, donde cubrirá una usencia por la excedencia de una profesional
Esther García Santiso, mir de familia, en el centro de salud de Pontedeume, donde cubrirá una usencia por la excedencia de una profesional JOSE PARDO

Todos los residentes de cuarto curso de esta especialidad han aceptado la invitación del Sergas para cubrir ausencias en urgencias y centros de salud

05 jun 2025 . Actualizado a las 11:46 h.

España precisa urgentemente más médicos de familia. Aunque este año se han cubierto todas las plazas para médicos internos residentes (mir) en la especialidad de Medicina de Familia y Comunitaria, en las últimas convocatorias quedaron centenares de plazas formativas desiertas en esta especialidad y el déficit en atención primaria a nivel nacional se cifra en 4.500 profesionales. Se trata de un problema que aflora con especialidad intensidad en verano, cuando las plantillas adelgazan significativamente por las vacaciones de los profesionales. Y la situación se tornó todavía más complicada en el 2024, ya el año pasado los mires de familia no finalizaron la formación en mayo, como es habitual, sino en septiembre, ya que en el 2020 la empezaron más tarde, debido a la pandemia del covid.

Por eso el Sergas, en un intento de paliar esa falta de nuevos titulados a las puertas del verano, ya invitó el año pasado a los mires de último curso a reforzar las plantillas en verano, antes de obtener su título de especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria. Y este año, aunque finalizarán la formación un poco antes —el próximo 19 de julio—, el Sergas ha vuelto a echar mano de los mires para reforzar la atención ya desde primavera.

¿Cuál ha sido la respuesta de los residentes en el área sanitaria de Ferrol? Según apuntan desde la gerencia, en el 2024 los siete mires de familia de último curso que se formaban en esta demarcación aceptaron la encomienda, y de ellos seis se quedaron a trabajar finalmente en el área de Ferrol. Y en este 2025, la respuesta ha sido igual de satisfactoria: «Neste ano, igual que no anterior, aceptaron a encomenda a totalidade dos profesionais que rematan a súa formación residente», apuntan desde la gerencia. Son un total de siete, y de ellos, cuatro han elegido como destino las urgencias hospitalarias, mientras que los otros tres reforzarán la atención en los centros de salud de Narón, Pontedeume y Neda.

El primer residente en decir sí al ofrecimiento del Sergas ya se incorporó a su puesto el 15 de mayo, mientras que el último lo hará el 15 de junio. Se trata de una labor voluntaria y por la que los mires reciben una retribución adicional. Con esta encomienda, atienden las consultas en solitario, como si fuesen ya adjuntos, pero siempre bajo la supervisión de un tutor que está en el mismo centro y al que pueden recurrir en caso de dudas.

ESTHER GARCÍA SANTISO, MIR EN EL CENTRO DE SALUD DE PONTEDEUME

«Sigues siendo residente, pero llevas la consulta sola, como si fueras adjunta, aunque con apoyo y tutorizada»

Esther García Santiso comenzará la encomienda el 15 de junio
Esther García Santiso comenzará la encomienda el 15 de junio JOSE PARDO

María Esther García Santiso (Culleredo, 1993) es uno de los mires de familia de último curso que han aceptado la invitación del Sergas para reforzar la atención primaria en el área de Ferrol esta primavera y verano. Asumirá la encomienda el 15 de junio y asegura que lo hará con «tranquilidad» y «confianza», ya que su destino se encuentra en el centro de salud de Pontedeume, donde ya se está formando como mir de cuarto curso desde septiembre del 2024, bajo la supervisión de su tutora, Ángeles Varela. «Es un centro que ya conozco bien, hay muy buen ambiente, me siento arropada por todos los profesionales, y además, desde el pasado mes de abril ya estoy atendiendo yo sola a los pacientes, aunque siempre bajo la supervisión de mi tutora», detalla. Es lo mismo que hará a partir del próximo 15 de junio, cuando asumirá la encomienda del Sergas. «Sigues siendo residente, pero llevas la consulta sola, como si fueras ya adjunta, aunque con apoyo y tutorizada», detalla Esther.

Lo único que cambiará entonces es que esta mir ya no atenderá a los pacientes con los que trata ahora, que son los del cupo de su tutora, sino a los de otra médica que estará de excedencia hasta finales de verano. Hasta el 19 de julio cubrirá su ausencia como mir, y partir de entonces, una vez finalizada ya su formación, como médica especialista en Medicina Familiar y Comunitaria de pleno derecho. «Después ya se verá, mi idea es quedarme a trabajar en esta área sanitaria, pero aún no sé dónde», dice mirando al horizonte del otoño.

Esther cuenta que se matriculó en Medicina pensando ya en la especialidad en la que se está formando. ¿Por qué? «Pues porque me gusta mucho el seguimiento del paciente, conocer su entorno, a su familia, ver cómo va evolucionando con el paso del tiempo... Y luego también porque creo que la parte de la medicina comunitaria es muy bonita, aunque está un poco olvidada. Además, es una especialidad con muchas salidas laborales. Puedes trabajar en el centro de salud, que es lo que me gusta a mí, pero también en el 061 o en hospitalización a domicilio (HADO)», anota una profesional que al mismo tiempo que estudió el grado de Medicina se sacó también el título superior de violín. Pero Esther siempre tuvo claro que su sitio estaba en la consulta de atención primaria, ejerciendo como médica de familia, una especialidad que considera que está «desprestigiada», cuando «realmente es súper importante, porque es muy amplia y te da la oportunidad de atender al paciente de manera integral, conocer su entorno y acompañarlo durante un período largo de tiempo».