Diego Rico es uno de los fundadores de la oenegé Briegal. Desde el 2023 ha estado rescatando a personas de los escombros del terremoto de Turquía y trabajando después en la tragedia de Libia, en una experiencia dura en la que durmieron en sitios improvisados y trabajaron mucho en condiciones bien duras.
Hace unos meses también viajó a Perú en la primera parte de la misión que continúa en los próximos días para entregar el material y seguir ayudando a las personas que se enfrentan con los incendios. «Nos parques non hai profesionais, os lumes apáganos voluntarios ou incluso guías turísticos, como os de Machu Picchu», cuenta poco antes de embarcarse en otra salida con su compañero de Manoel Tato y Luis Miguel Vila, de Casaga. Para Diego es muy importante que se entienda que ningún recurso que se llevan al país andino se podría usar en la ola de incendios que arrasa Ourense y otras zonas de España. «É material que ten vida útil, pero non para aquí», precisa sobre un viaje que es laborioso, pero que está siendo muy gratificante por los avances que ven en unas zonas donde los medios para afrontar tragedias dependen casi de la buena fe de los voluntarios. En la primera expedición fueron a muchas zonas y pequeñas localidades. Sin embargo, esta vez fundamentalmente estarán en Cuzco y Machu Picchu, ya que otras entidades repartirán algunos elementos por otras regiones.