Una pareja acuerda, después de una dura negociación, un régimen de visitas para dos mastines y una yegua cada quince días

Bea Abelairas
Bea abelairas FERROL / LA VOZ

FERROL

Imagen de archivo del Juzgado de Ortigueira
Imagen de archivo del Juzgado de Ortigueira JOSÉ PARDO

El divorcio encalló porque la mujer quería una pensión e ir a casa del marido para ver a los animales siempre que pudiese en una aldea de la comarcal del Ortegal

06 oct 2025 . Actualizado a las 13:33 h.

Sentencia pionera para un divorcio que se había convertido en una guerra, aunque no por las diferencias habituales —económicas o por la custodia de los hijos— sino por los cinco animales que convivieron con la pareja. Dos perros que aportó ella a la relación, además de los dos mastines y un caballo que él ya tenía cuando se enamoraron. La mujer solicitaba poder verlos cuando el hombre no estuviese en casa y una pensión compensatoria, porque dejó una casa en la que vivía gratis para implicarse en un préstamo. Por su parte, el hombre pedía unas medidas con unas visitas que no invadiesen su intimidad y que su ex contribuyese a los gastos de los animales como condición para verlos.

El juicio estaba fijado para la semana pasada en el Juzgado de Ortigueira, donde había una expectación especial por un caso muy singular. Sin embargo, la abogada del hombre, Maite Beceiro, asegura que cada vez son más los casos en los que las diferencias tienen que ver con el derecho a ver a las mascotas. «Lo intentamos, pero fue imposible llegar a un acuerdo antes del juicio —detalla esta letrada ferrolana—. Sin embargo, el mismo día de la vista, invitados por el juez de Ortigueira, Adriano Alfonso Rodríguez, que tendió un puente entre ambas partes, se negoció y se logró un pacto, fruto de esa negociación que duró casi tres horas».

El acuerdo para la separación le niega a ella la pensión compensatoria, pero sí le permitirá ver a los animales con los que convivió durante los 22 meses que duró el matrimonio para «salvaguardar el cariño o interés tiene la ex esposa sobre ellos, aunque se fijaron unas condiciones que nada tienen que ver con lo que pedía la mujer y que yo tildaba de una fuente de conflictos presentes y futuros, máxime teniendo en cuenta que la esperanza de vida de los caballos es de casi tres décadas años y de los mastines de 12 años, y una intromisión a la intimidad del esposo», detalla la letrada sobre una pareja que en la que ella tiene 34 años y 41 él.

Precisamente, uno de los objetivos pasaba por impedir que la ex entrase y saliese de la finca con el simple requisito de enviarle un mensaje, o que pudiera pasear los perros o jugar con ellos o a la yegua dentro de la finca o del jardín de él, como pretendía.

Así las cosas, la sentencia publicada el viernes por el Juzgado de Ortigueira recoge un pacto que permitirá a la mujer estar con las dos perras en fines de semana alternos recogiéndolas el sábados a las cuatro y media de la tarde y reintegrándolas a las siete y media de la tarde domingo. Eso sí, sin acceder a la casa ni a la finca ni al jardín del hombre: tendrá que hacerse cargo de las perras, pero en su domicilio, y puede ver a la yegua durante una hora cada 15 días, solamente en la cuadra, coincidiendo con la entrega de los dos canes los domingos, pero no en casa de él ni paseando por su finca. Este régimen de visitas tendrá una duración máxima de cinco años, después se extingue. Además, la mujer tendrá que abonar al su exmarido el 25 % de los gastos ordinarios y extraordinarios de los dos mastines y el caballo a lo largo de esos cinco años.

Ella pedía 250 euros al mes para pagar la hipoteca, ya que al separarse se compró un piso

A diferencia que en otros casos la vertiente económica no fue el principal motivo de disputa. La mujer terminó renunciando a una reclamación que consistía en que él le abonase una pensión compensatoria de 250 euros. Lo justificaba alegando que al casarse dejó la vivienda donde de soltera vivía gratis y al divorciarse tuvo que comprar un piso y esos 25 años es el tiempo que tendrá que abonar la hipoteca. Los dos se casaron en mayo del 2022 y se separaron un año y diez meses más tarde. Poco antes de romper él le prestó a ella 50.000 euros.

Maite Beceiro
Maite Beceiro CESAR TOIMIL

Maite Beceiro, abogada del hombre: «Fue una negociación compleja con posturas muy enfrentadas»

Maite Beceiro es la abogada del hombre que estaba especialmente preocupado porque su ex lograse poder visitar a los animales cada vez que estuviese fuera de casa, ya que eso rompería sus posibilidades de rehacer su vida e incluso podría derivar en futuras responsabilidades. Por eso destaca que este caso parece singular, pero es cada vez más frecuente y por eso la sentencia puede ser un referente para otros divorcios.

—¿Cómo fue el proceso?

—Fue una compleja negociación en la que partimos de posiciones muy enfrentadas. La negociación en sede judicial duró tanto como un juicio, pero mereció la pena. Con la ayuda del juez y los puentes que tendimos ambos letrados, fuimos avanzando y poniendo sobre la mesa diferentes posibles soluciones y los problemas que podían generar cada una de ellas en el futuro. Incluso en la sentencia se incluyeron cuestiones que, aunque no eran estrictamente del divorcio, sí estaban relacionadas, y de este modo se solventó en un único procedimiento de divorcio lo que tendría que verse en otro diferente y la solución que quedó recogida fue que los préstamos de casi 50.000 euros que el esposo le hizo a la esposa durante la convivencia quedaron mucho más claros respecto de su pago, sobre todo ahora que ya no están juntos tiene lógica, y a cambio el esposo aumentó en dos años a ella el plazo de devolución.

—Le preocupaba no solo la pérdida de intimidad, sino situaciones derivadas de las visitas que podrían generar problemas...

—Desde luego, con las pretensiones iniciales mi cliente tendría que soportar que ella entrara y saliera de su finca en cualquier momento con el simple requisito de solo enviarle un mensaje, o que pudiera pasear los perros o jugar con ellos o a la yegua dentro de la finca o del jardín de él... Y si mi cliente en un futuro tenía nueva pareja, o hijos, ¿la nueva pareja soportaría ver a la ex mujer jugando en su casa con los perros o la yegua?, ¿cuántas quejas tendría que soportar mi cliente de su nueva pareja? y si la exmujer se lastima en su finca al caerse del caballo, ¿él sería responsable civilmente porque es el propietario de los animales y de la propiedad?, ¿tendría que hacer un seguro de responsabilidad civil por si acaso?, o ¿qué pasaría si el esposo está de viaje por trabajo y ya tiene una nueva pareja? si estimamos lo que se pedía, la ex tendría preferencia sobre la nueva para cuidar a los animales, incluso sobre los hijos que tuviese él. Es un fallo que soluciona muchos aspectos clave.

—¿Cuáles?

—Es habitual que las parejas no tengan hijos, pero, sin embargo, tengan mascotas. Consideramos que es muy importante que quede salvaguardado tanto el derecho a relacionarse con los animales del cónyuge, pero sin que esto tras el divorcio se convierta en una fuente de conflicto ni en una excusa de intromisión o control en la vida del otro ni de su intimidad. Además, es importante que los préstamos acordados entre la pareja queden bien regulados por si se rompe la unión.