Las calabazas son el ingrediente básico para la cita del 31 de octubre
26 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Calabazas sí, disfraces no. Es la norma básica que marcan desde Amigos do Samaín de Cedeira, que recuperó esta tradición en Galicia. Y es que con la noite meiga a la vuelta de la esquina —encima, cae en viernes—, son muchos los que empiezan a hacer planes para pasarlo de miedo. Pero, ¿cuáles son los ingredientes básicos de esta fiesta? Expertos en la materia, como el colectivo cedeirés, profesores de educación infantil y primaria, como Inés Tenreiro, y profesionales vinculados a la gastronomía, como el personal del CIPF Fragas do Eume, dan las claves para quienes decidan celebrarla por su cuenta. La única condición: no confundirse con Halloween.
«Nós disfrazámonos no Entroido, non nos disfrazamos no Samaín. A primeira vez que oín falar do Halloween foi en E.T. e non entendía nada. Vía os disfraces e pensaba que era Entroido, pero recoñecía as cabazas propias do Samaín», explica Carlos Labraña, de la asociación de Cedeira. «Hai estudos que amosan que en Estados Unidos co Halloween se mesturaron festas», añade. Es decir, que no se trata de una teima antiamericana, sino de ser fieles con la tradición.
«En Galicia, a relación coa morte é dalgunha maneira máis próxima. É temida, pero á vez é achegada. Nós nos tiñamos medo ás meigas, conviviamos con elas. De feito, o Samaín é unha festa vinculada á natureza. É un momento en que realmente acabou o verán, remata a luz, empeza a época do inverno, da noite, de que na natureza todo morre, caen as follas... Ata que nos solsticio de verán volve nacer todo», explica. En realidad, la tradición gallega sería más similar a la del Día de Muertos mexicano que a la de sus vecinos del norte: «É un pouco o rexurdimento, o ciclo de vida-morte. É tamén é un momento de poñernos un pouco en contacto cos nosos devanceiros. É dicir, aquí o medo non era o medo que nos venden de Estados Unidos, aquí había tamén un encontro cos nosos mortos».
Es por eso que las calabazas, el ingrediente fundamental del Samaín, se ilumina en el interior. Es una forma, explica Carlos Labraña, «de espantar aos malos espíritos e á vez atraer aos nosos devanceiros á casa». «O que hai que facer é coller ou mercas unha cabaza ou melón, como lle chamamos en Cedeira, baleirala cunha culler, pintarlle unha cara terrorífica e tallala. Con moito coidado no caso da rapazada, xa que hai que usar coitelo», resume.
Actividades infantiles
Los niños y niñas son, precisamente, el público más numeroso de esta tradición, ya que las fiestas de disfraces de los jóvenes y adolescentes son más propias del Halloween. Además, en los colegios gallegos se encargan de enseñarles las tradiciones que, luego, llevan a sus casas. «Este año vamos a preparar una mesa para las ánimas», cuenta Inés Tenreiro, una profesora ferrolana.
Acostumbrada a trabajar con niños y niñas, también aporta sus consejos para que disfruten de la fiesta. Algunas actividades que incluiría sería la elaboración de pócimas secretas «en la que cada niño elige sus propios ingredientes y su receta misteriosa», elaborar una máscara de Samaín o contar las leyendas propias de la época, como la de la Compaña —a la que no se le debe añadir la palabra «santa», insisten desde Cedeira, ya que fue una modificación posterior por parte de la Iglesia, como la de hacer las luminarias coincidiendo con la fecha exacta de San Xoán—. Otra opción es la de asar castañas o hacer collares de zonchos, que son castañas cocidas con monda. Y es que la creencia popular dice que por cada una de ellas se libera un alma del purgatorio.
El menú: colores de Samaín
Las castañas son, de hecho, una de las comidas se ofrece en esta celebraciones, ya que muchas se mezclan con el magosto. Sin embargo, «non existe unha comida propia do Samaín, coma si pasa co Entroido», explican desde el CIPF Fragas do Eume, donde se imparten los ciclos formativos vinculados a la gastronomía y la hostelería. Allí celebraron su Samaín, organizado por la biblioteca y el equipo de dinamización lingüística, el pasado viernes. «Fixemos un cóctel a base de puré de kiwi, zume de mazá e refresco de lima, decorado con gominolas con motivos do Samaín», explica el profesor encargado de las bebidas. Explica que el truco es tan simple como transformar elaboraciones normales y darles «unha cor ou unha forma samaínica». Así, pone como ejemplo las galletas de mantequilla con formas terroríficas o un plato de «arroz negro con forma de cadaleito».