Un escaparate único y artesanal por Navidad: «Sale hasta el equipo de dardos del bar»

FERROL

De izquierda a derecha, la dueña del bar Anita Ameneiros, la artista Vero Castro, las camareras Ana y Sofía y la cocinera (y madre de la propietaria) Carmen, posan junto al escaparate navideño del Mil 9.
De izquierda a derecha, la dueña del bar Anita Ameneiros, la artista Vero Castro, las camareras Ana y Sofía y la cocinera (y madre de la propietaria) Carmen, posan junto al escaparate navideño del Mil 9. César Toimil

Verónica Castro creó la decoración del Mil 9, en Ferrol, con materiales reciclados

05 dic 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El escaparate del Mil 9 acapara todas las miradas de la calle Río Mandeo de Ferrol. Los niños se frenan para señalarlo e incluso los clientes habituales, «los de parar todos los días al mediodía y por la noche», explica la dueña, Anita Ameneiros, se levantan una y otra vez para volver a observarlo. «Y eso que lo llevan viendo desde el martes, pero es que llama mucho la atención», añade. Hay pocos bares que tengan un escaparate navideño. Y ninguno como el de este local. «Es personalizado. Está hasta el equipo de dardos, Los Trikis», explica la artista —aunque ella no se considere como tal, los hechos hablan por sí solos— detrás de la obra, Verónica Castro, que explica que, además, está hecho con materiales reciclados: «Los Papá Noel son botellas de vino».

Todo surgió cuando Ana Ameneiros, a la que conocen como Anita, le pidió que adornase el escaparate de su bar, el Mil 9. «Me acordaré toda la vida, era la una menos cuarto de la mañana, y me escribe: ‘me vas a matar’», relata Verónica Castro, a la que llaman cariñosamente Vero, con la ilusión en los ojos. «Ya le había encargado otras cositas, como las brujas personalizadas —sí, es la chica de las brujas del Racing— para el bar o para el Día de la Madre. Sé cómo trabaja y se me ocurrió hacer un escaparate diferente, que la gente pase y le llame la atención», explica Anita.

El resultado no solo cumplió las expectativas, sino que las superó, «como todo lo que Vero se propone», alaba la dueña del local. «Fue un reto de los gordos», reconoce la artista ante en el escaparate de 1,65 metros. «Tiene hasta la lareira puesta, la camita, la chimenea... Muchísimo detalle», señala Anita, que, para aumentar el reto, a dos días de colocar la decoración, le propuso a Vero incluir a Los Trikis del Mil 9, el equipo de dardos que la ha acompañado desde que abrió su primer bar, en un local situado a unos 200 metros, hace cuatro años. Así, entre la ciudad navideña en la que se ha convertido la cristalera, se pueden ver tres figuras del monstruo de las galletas. «Los hice con botellas de zumo vacías», explica Vero.

Escaparate navideño del bar Mil 9, en Ferrol, en la calle Río Mandeo.
Escaparate navideño del bar Mil 9, en Ferrol, en la calle Río Mandeo. César Toimil

Imaginación y reciclaje

Y es que si algo destaca de su trabajo es que, además de ser «todo hecho a mano», lo hace con materiales reciclados como latas de atún o botellines de plástico. «Todos tiramos cosas en casa que sirven para hacer maravillas», señala. Así, con paciencia y mucha imaginación, creó figuras de Papá Noel con botellas de vino, gnomos con botes de aceitunas o nieve a partir de trozos de papel. «La base de lo que es la ciudad de Navidad es un trozo de palmera», ejemplifica Vero, que reconoce que «nunca» se queda sin ideas. «Nada más que uso cabeza, tijeras y manos», añade.

«Me siento en mi habitación, empiezo a coger cosas de las alacenas y ponerlas encima de la mesa, las miro y digo ‘hago esto’. Empiezo a darle forma, a coser... hasta que sale. Todo es imaginación e intentar visualizar, por ejemplo, qué puedes hacer en una botella de vino», explica Vero sobre su proceso creativo. «Hay días que son las 3 de la madrugada, me viene una idea y tengo que hacerla». Nada mal para una persona que, además, trabaja y tiene un niño.

Este es el primer escaparate navideño que hace y Anita ya le ha encargado el del año que viene. «Quiero agradecerle de todo corazón esta oportunidad porque es la primera vez que hago algo tan grande. Sí que rompí mucho la cabeza, sí que lloré, porque no me creía que pudiera hacerlo. Pero me siento súper satisfecha y orgullosa», dice Vero. «Gracias a ella, porque una vez más me dejó con la boca abierta», le responde Anita. Las fotos no hacen justicia, advierten, por lo que animan a todo el mundo a que se acerquen a verlo en persona.