Embarranca un quimiquero de 129 metros en la costa de Ares

José Manuel Pan / Ramón Loureiro / Chema Corral REDACCIÓN / LA VOZ

ARES

José Pardo

El barco fue arrastrado por el temporal. No hay víctimas ni daños medioambientales. Los 16 tripulantes se encuentran a salvo y dentro del barco, esperando que la pleamar y la mejoría de las condiciones meteorológicas permitan su evacuación

21 dic 2019 . Actualizado a las 12:19 h.

Un barco quimiquero de 129 metros de eslora encalló sobre las once y media de la noche de este viernes en la costa de Ares. Con el paso de las horas van conociéndose más detalles de la causa del siniestro. Aunque el fuerte temporal contribuyó a que terminase sobre las rocas, el motivo inicial de que se quedase a la deriva fue un incendio en la chimenea. Según fuentes de Salvamento Marítimo la tripulación intentó sofocarlo y para eso disparó las baterías de CO2, quedándose sin máquinas. La tormenta Cecilia hizo el resto y llevó al quimiquero hasta la zona de As Mirandas desde el centro de la ría donde el buque pretendía fondear para protegerse de las inclemencias meteorológicas. 

No hay víctimas ni daños ambientales, ya que el Blue Star se encontraba vacío. Venía de Bilbao a cargar combustible en A Coruña. A pesar de todo, aunque los tanques permanecen vacíos, se ha activado un plan de contingencia en prevención de responder al eventual derrame por parte del barco de combustible u otros elementos almacenados en el mismo.

Coincidiendo con la pleamar, a la una de la tarde, el helicóptero Helimer lanzó una guía para unir el quimiquero a uno de los remolcadores, esta vez con un cabo sintético, mucho más resistente. Ahora comenzará la tarea de remolque aunque en principio el armador tenía sus reticencias debido a que las rocas del fondo, puntiagudas, podrían dañar el casco. Para eso, planteaba incluso enviar a la zona unos buzos que supervisasen los fondos en la zona de As Mirandas antes de empezar a operar. 

Pero a estas horas los remolcadores ya están en posición y a punto de empezar la maniobra. A bordo están los 16 tripulantes del buque, en perfecto estado. Salvamento Marítimo descartó su evacuación porque necesita que estén a bordo durante el proceso de remolque. Si finalmente la pleamar no es tan alta como se calcula, el remolque podría tener que esperar a los próximos días. En este momento el puerto de destino que se baraja es el de A Coruña.

Por ahora el barco, completamente encajado, es golpeado por fuertes olas desde babor. El alcalde de Ares incide en que se trata de un buque con doble casco y que iba vacío, así que no hay peligro para las personas ni para el medio ambiente aunque desde la Sociedade Galega de Historia Natural insisten en que se trata de la zona de mayor diversidad de la zona y temen que se vierta combustible. 

El helicóptero Helimer 401, con base en Alvedro, ya acudió de madrugada al lugar para analizar la posibilidad de evacuar por aire a parte de los 16 tripulantes si había peligro o intentar pasar los cabos desde el Blue Star a los remolcadores que estaban en la zona, aunque en un principio el práctico de Ferrol descartó una maniobra por mar debido al lugar y especialmente a las difíciles condiciones metereológicas. Uno de estos cabos acabó rompiéndose. El Helimer volvió a su base ante la posibilidad de que se le terminase el combustible y los remolcadores también se tuvieron que alejar del quimiquero debido al tamaño de las olas que batían en la zona.

Trayectoria del Blue Star antes de embarrancar en As Mirandas
Trayectoria del Blue Star antes de embarrancar en As Mirandas Vessel Finder

En tierra, un amplio despliegue con miembros de 061-Urgencias Sanitarias de Galicia, Guardacostas de la Xunta de Galicia, Guardia Civil y los cuerpos de Policía Local y Protección Civil de Ares permanecen a la espera de novedades, igual que un nutrido grupo de vecinos que ha querido acercarse a la zona para seguir de primera mano el operativo. 

Al lugar también se ha acercado el recién elegido diputado por el BNG Néstor Rego, que portando banderas de Nunca Máis ha vuelto a insistir en pedir para Galicia las competencias en salvamento marítimo y que se instalen en la zona barreras anticontaminación. 

El recuerdo del Prestige

El buque, construido en 2011, con doble casco y 19 metros de manga, navega actualmente con bandera de Malta. El embarrancamiento del Blue Star en la costa de Ares hizo saltar todas las alarmas al recordar la tragedia del Prestige, ocurrida también en el mes de noviembre, pero de hace 17 años. Por suerte, en el suceso de este viernes no hay que lamentar daños personales y, al parecer, tampoco ambientales, ya que el barco quimiquero tenía sus tanques vacíos

 Las aguas de abrigo del Golfo Ártabro 

El espacio marítimo que historiadores como Estrabón llamaron Portus Magnus Artabrorum, y al que Ramón Otero Pedrayo designaba como el Golfo Ártabro, está formado por las rías de A Coruña, Betanzos, Ares y Ferrol. Pero es precisamente en la ría aresana donde tiene su fondeadero natural esa franja de costa, como hoy recuerdan las gentes del mar tras esta nueva catástrofe. Es precisamente en la ría aresana donde, por lo general, fondean los grandes navíos que aguardan el momento de entrar en el puerto de A Coruña. Echar el ancla allí les permite mantenerse al abrigo de los vientos del sur y del suroeste. Pero esta circunstancia -el hecho de ser, por definición, un lugar de abrigo- no ha librado a la ría de Ares de ser escenario de accidentes, si bien es cierto que lo ocurrido esta madrugada no es precisamente frecuente.

En el año 1976, cuando el Urquiola embarrancó en A Coruña, la ría de Ares, junto con las de Betanzos y Ferrol, fue una de las más afectadas por el desastre. Otro tanto sucedió en 1992, cuando el Mar Egeo encalló a los pies de la Torre de Hércules. Y también en 1992, cuando el Prestige se hundió frente a las costas gallegas, la ría de Ares -que es la ría que arranca de la desembocadura de uno de los grandes ríos gallegos, el Eume- también fue víctima de la tragedia provocada por la marea negra. Y por cierto -todo sea dicho de paso-, cuando se produjo este último suceso tras llevar el Prestige a mar abierto, habían sido muchas las voces que se habían mostrado partidarias no de adentrar el buque en el océano, sino de hacer todo lo contrario: de refugiarlo en Ares, precisamente.