Disfrutó del acordeón de Andrés Penabad en su cumpleaños
30 mar 2025 . Actualizado a las 17:23 h.«Está genial, mejor que yo», cuenta Nolo, nieto de Guillermo Tojeiro Bermúdez, que cumplió 102 años el 26 de marzo. «Es el que anima la fiesta», dice. Así lo demostró ayer, en la celebración del aniversario, con su mujer, Mercedes (se casaron en 1951), que cumplió el 1 de marzo los 90, su hijo Manolo (José falleció con 56 años), su nuera, su nieto y su mujer, un sobrino y unos amigos. Este centenario que nació y vive en As Pontes solo se resiente de la cadera, que le obliga a caminar con muletas.
«De cabeza sigue genial», celebra su nieto. «Cuando tiene el día chistoso se ríe un montón». Trabajó toda la vida, desde los 12 o 13 años, levantando valados con su padre, Venancio, valadeiro. Después de la mili entró en Atisa, una de las constructoras que erigieron el poblado de As Veigas, «pico e pala, non había grúas coma hoxe», recordaba a los cien. Y tras su paso fugaz por Salamar decidió seguir el destino de tantos y emigró a Suiza. En Friburgo empezó cosechando patatas y acabó en la lechería del hijo del patrón. Mercedes le siguió algo después y en 1979 retornaron a casa. En As Pontes continuó trabajando en la huerta, en O Almigonde, pero un accidente —iba en su vespino Torrot y lo alcanzó un camión de obra— lo llevó a la UCI con 86 años. Se recuperó, aunque de vez en cuando todavía le duele una costilla. Buen conversador, mimado por todos, en especial por Mercedes, Guillermo llevaba días «con la ilusión» de la fiesta de aniversario, en la que disfrutó de un brindis y del acordeón de Andrés Penabad, el músico pontés amigo de su nieto que ya tocó en el 101.