La borrasca Gisele anegó viales, dañó tejados y derribó árboles y señales

A. F. C. FERROL / LA VOZ

CEDEIRA

JOSE PARDO

Las rachas de viento alcanzaron los 128 kilómetros por hora en Punta Candieira, en Cedeira, y en Aldea Nova, en Narón, cayeron 22,2 litros de agua por metro cuadrado

15 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Gisele ha seguido el rastro de Félix y ha dejado más viento y más lluvia en la comarca. La carretera del barrio de Tejeras, en Caranza, se inundó a media mañana, complicando el tráfico, lo que obligó a intervenir a los bomberos. Las precipitaciones fueron intensas hasta última hora de la mañana en Ferrolterra, Eume y Ortegal. En la estación situada en O Val, en Narón, cayeron 22,2 litros de agua por metro cuadrado, el mayor registro, seguido muy de cerca en Marco da Curra, en Monfero, con 20,2. En la sierra de A Faladoira, en el municipio de Ortigueira, llovió algo menos, 16,9 litros por metro cuadrado.

Las rachas de viento alcanzaron los 127,9 kilómetros por hora en Punta Candieira, en Cedeira, y superaron los 104 en Ferrol, según los datos de la estación del Centro de Innovación y Servicios (CIS) de A Malata. En Monfero también sopló con fuerza, hasta los 95,5 kilómetros por hora, y en Ortigueira llegó a 94,4. El viento causó destrozos en el tejado de una de la naves de la feria de muestras de Ferrol, adonde acudieron los bomberos para evitar que se desprendiera. El fin de semana, Félix levantó una chapa de la cubierta de la pista de pádel de Cedeira, según informan desde Protección Civil.

El Grupo de Emerxencias Supramunicipal (GES) de Mugardos se desplazó por la mañana a tres puntos de este municipio para retirar otros tantos árboles derribados por el viento. Uno se encontraba en O Seixo, otro en el Camiño de Ares y el tercero, en San Xoán de Piñeiro. En la ciudad de Ferrol, el viento derribó dos señales de tráfico, una situada en la calle Alegre, en Canido, y otra en el cruce de Concepción Arenal con Iglesia, como indicaron desde la Policía Local.

Amarre parcial de la flota

El mal tiempo afectó al sector pesquero, con un amarre parcial de la flota en el puerto de Cedeira, como consecuencia de las fuertes rachas de viento y el oleaje. En Cariño, sin embargo, el abrigo de la ría permitió faenar con relativa normalidad.