Amat Vallmajor: «Disfruté más en el festival de cine de Pontevedra que incluso en Berlín»

Patricia Hermida Torrente
Patricia Hermida FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Vallmajor asistió a la proyección de su película en los Duplex de Ferrol.
Vallmajor asistió a la proyección de su película en los Duplex de Ferrol. JOSÉ PARDO

Su película «Misión a Marte» es la sensación del circuito independiente

16 oct 2023 . Actualizado a las 15:53 h.

Todo viaje por la carretera encierra una aventura. De ahí su conversión en ese género cinematográfico llamado road movie, con diamantes como Bonnie and Clyde, Los viajes de Sullivan, Thelma y Louise, o por supuesto la saga de Mad Max. A tan ilustre tradición se suma la ópera prima de Amat Vallmajor: Misión a Marte. Un auténtico perro verde de talento en blanco y negro, donde la propia madre y los tíos del cineasta interpretan a una familia sobre el asfalto en un horizonte de nubes tóxicas. En los cines Duplex de Ferrol pudieron disfrutar de la película y de un coloquio con el director.

—«Misión a Marte» nace de sus viajes por carretera hasta crear una auténtica «road movie».

—Y se trata de una road movie familiar, porque los personajes están interpretados por mi madre y mis tíos. Se aborda precisamente la relación entre tres hermanos que se enfrentan a la muerte de uno de ellos, y a la enfermedad. Al igual que la vida, la película trata de lo inesperado y de cómo lo afrontamos. La inspiración parte de esos viajes con mis tíos entre Cataluña (donde nací) y País Vasco (de donde es mi familia materna).

—¿Ese entorno tan familiar hace que se mezclen realidad y ficción?

—Se trata de una película de ficción muy guionizada, pero desde el principio quería esa mezcla con la realidad. Al ser actores no profesionales interactúan de una forma muy realista, y eso incluso aporta un punto documental.

—La película nació como su proyecto de fin de carrera en la Elías Querejeta Zine Eskola, pero ya ha recorrido festivales de toda Europa. ¿Se emociona ante semejante recepción?

—Para mí ha sido espectactular, cuando empecé a rodar la película no tenía la expectativa de que acabase recorriendo los festivales de toda Europa (San Sebastián, Indie Lisboa, Semana de la Crítica de Berlín, el Internacional de Cine de Gijón). Y en Gijón también estaba el director Santi Fillol con Matadero, que fue mi profesor y me hizo mucha ilusión. Todo lo que llegue será bienvenido y me siento muy feliz.

—¿Es más difícil lograr esto con una película marciana en el mejor sentido de la palabra?

—No es fácil porque es pequeña y con una temática curiosa. Y que al final una película de tu familia tenga interés más allá del ámbito personal me resulta sensacional, siempre pensaba que mis tíos y mi madre eran muy interesantes... y ahora se confirma. Ellos son muy habladores, con una verborrea interminable que he disfrutado desde pequeño.

—Aparecen personajes con cámaras antigás, que pueden recordar a las trincheras de la I Guerra Mundial o incluso a la reciente pandemia.

—Hay elementos visuales que remiten a temas apocalípticos pero no abordo especialmente el apocalipsis. El rodaje fue en pandemia y esos elementos pueden recordar a lo vivido. Sobre todo quise mostrar el mundo interior de mis tíos, hostil y de paranoia.

—¿Por qué hostil?

—Porque crecieron en la realidad del País Vasco en los 80, en la desconfianza del sistema, con una realidad más cruda que la representada en los medios y quise convertirla en metáfora.

—¿Cómo ha sido su paso por los festivales gallegos?

—La recepción en el festival Novos Cinemas de Pontevedra fue espectacular, y también estuve en el Numax de Santiago con una ciudad preciosa. En la Semana de la Crítica de Berlín me fue muy bien, pero en las ciudades grandes pasas más desapercibido. Del Novos Cinemas tengo recuerdos muy bonitos porque recibí una acogida muy personal. Disfruté más en el festival de Pontevedra que incluso en Berlín.

«Mi peli ideal mezclaría ‘Dead Man' con los Marx»

Amat Vallmajor del Pozo (Girona, 1996) se graduó en Comunicación Audiovisual por la Universidad Pompeu Fabra y posee un Máster en Creación de la Elías Querejeta Zine Eskola. En su ópera prima como director actúan su madre, Mila del Pozo, y sus tíos Txomin y Gerardo del Pozo.

—¿En «Misión a Marte» hay cierta influencia del mundo del cómic?

—No es buscado de forma literal. Pero hay cómics españoles satíricos que tienen una estética a la que podría parecerse. Y también aparecen diálogos que podrían sacarse de los cómics de Ibáñez.

—Y música punk de los años 80.

—Son alusiones al punk vasco, como el grupo Hertzainak de amigos de mis tíos. La maqueta que aparece la grabaron en 1983, la hicieron con muy pocos medios y mucha voluntad al igual que esta película. Por aquel entonces ellos tendrían mi edad actual.

—Acaba de proyectar con un coloquio en los Duplex, los únicos cines que quedan en Ferrol. ¿Cómo ve la resistencia de las salas pequeñas?

—Me parece muy mal que cada vez queden menos y muy bien que resistan. Es cine resistente con una programación muy alternativa como la de los Duplex, diferente a lo que viene siendo la industria de Hollywood. Y eso me hace sentir muy orgulloso y feliz. Además he podido conocer Ferrol, una ciudad en la que nunca estuve pero que me parece muy atrayente. A mí me gustan mucho los astilleros y las zonas industriales, Ferrol tiene una historia controvertida que me genera mucha curiosidad. Me gusta ese contraste entre el mundo obrero y el militar.

—Leí que su plan perfecto de domingo era avituallarse de chuches para ver pelis. ¿Cuáles le han marcado?

—Todo depende de la época, pero para mi infancia han sido referenciales las primeras de los hermanos Marx como Sopa de ganso. Mis tíos son fanáticos de los Marx, son pelis muy divertidas que además me recuerdan mucho a ellos. También me marcó mucho Dead Man de Jim Jarmusch. Mi peli ideal mezclaría Dead Man con los Marx en Sopa de ganso.

—¿Qué es el cine para usted?

—Una forma de contar historias, hay muchas formas de hacer cine pero lo importante es transmitir un mensaje.