Adiós al sueño de Yoel, comerciante de 22 años de Ferrol: «Nunca más volveré a ser autónomo, quiero dormir tranquilo»

BEATRIZ ANTÓN FERROL / LA VOZ

FERROL CIUDAD

Yoel Padín liquida las existencias por el próximo cierre de su tienda de moda «curvy», Desexos, que bajará la persiana el 1 de febrero
Yoel Padín liquida las existencias por el próximo cierre de su tienda de moda «curvy», Desexos, que bajará la persiana el 1 de febrero CESAR TOIMIL

A finales del 2021 abrió una tienda especializada en tallas grandes en la calle Real y ahora planea cerrarla ahogado por los gastos, los impuestos y la bajada de ventas

28 nov 2023 . Actualizado a las 09:43 h.

A Yoel Padín Saura le duele tanto tener que bajar la persiana de Desexos, la tienda de moda «curvy» que abrió en octubre del 2021 en la calle Real de Ferrol, que no fue capaz de colgar los carteles de «Liquidación por cierre» que lucen en el escaparate desde hace pocos días. «Estoy tan triste que los tuvo que colgar mi novio», confiesa mientras acaricia a Wendy, una perrita de ocho años que acaba de adoptar y lo acompaña en estas últimas semanas de faena en la tienda.

«Me da muchísima pena, pero con más deudas que ganancias no es viable. Ahora lo que quiero es buscar un trabajo por cuenta ajena, tener mis vacaciones y mi sueldo a fin de mes. Y tengo claro que nunca más volveré a ser autónomo, porque quiero volver a dormir tranquilo, sin desvelarme por las preocupaciones y pensando en si llegaré o no a fin de mes», relata visiblemente afectado por el fin de su aventura emprendedora.

Yoel, de 22 años, bajará la persiana el próximo 1 de febrero y entonces podrá fin a un proyecto que comenzó su andadura en octubre del 2021, cuando tenía solo 20. Tras cursar el ciclo superior en Gestión de ventas y espacios comerciales en el CIFP Rodolfo Ucha de Caranza, decidió montar una tienda especializada en tallas grandes, inspirada en el proyecto comercial que elaboró como trabajo final de sus estudios. «Después, con el tiempo, introduje también tallas pequeñas, con un abanico que va de la 34 a la 70», detalla. Y siempre tuvo clara su filosofía: vender ropa de calidad, hecha en España y con el trato «exclusivo, personal y cercano» propio del pequeño comercio como principal señal de identidad. «Pero parece que lo de la economía circular y sostenible todavía no ha calado. La gente prefiere comprar mucha ropa de usar y tirar que pocas prendas de calidad y que te puedan durar más tiempo», se lamenta Yoel.

Pero el joven no solo le echa la culpa a la competencia de las cadenas «low cost» —«tanto Shein y tanto Primark nos está haciendo mucho daño»—, a las grandes superficies o a la crisis generalizada que atraviesa el pequeño comercio.

También pone el foco en los obstáculos que plagan el camino de quienes optan por el trabajo por cuenta propia. «Yo no me imaginaba lo duro que es ser autónomo ni la cantidad de gastos que hay que afrontar hasta que puse en marcha este proyecto. Al final del trimestre hay que pagar la cuota de autónomos y luego están los gastos en mercancía, las facturas de los suministros... Solo en agua pago más de 100 euros cada dos meses, que es algo que me parece una barbaridad. A algunas clientas les parecía que los precios eran muy alto, pero es que yo vendo ropa hecha en España, y además, los márgenes de las tallas grandes son muy pequeños», comenta Yoel.

Por si eso fuera poco, el joven cuenta que ni el clima ni las obras que se llevan a cabo en el centro le han ayudado: «Los últimos tres meses han sido especialmente difíciles. El verano se alargó muchísimo y luego llegaron unas semanas en que no paraba de llover, así que la gente no venía. Y encima, la ciudad está plagada de obras por todas partes. Muchas clientas de Narón me decían que no venían por no tener que meterse en el lío del centro».

Yoel, en el interior de su tienda, donde ofrece descuentos de entre el 20 % y el 70 % para liquidar existencias
Yoel, en el interior de su tienda, donde ofrece descuentos de entre el 20 % y el 70 % para liquidar existencias CESAR TOIMIL

A todo eso suma además el enorme esfuerzo que ha invertido en Desexos a lo largo de dos años. «He abierto muchísimos días festivos y a diario siempre me quedaba hasta las diez de la noche porque en una tienda hay mucho trabajo más allá del horario comercial y todo lo hago yo solo. Hay que hacer los directos para subir a las redes, cambiar el escaparate, la página web y la tienda on-line, el papeleo.... Y encima, al ser autónomo no puedes ponerte enfermo ni cogerte vacaciones como el resto de la gente. Tanto esfuerzo para tan poca recompensa no compensa», dice convencido Yoel.

Sin embargo, y aunque deja deslizar la palabra «fracaso» en la conversación, el joven prefiere quedarse con lo bueno y con lo «muchísimo» que aprendió a lo largo de estos dos años al frente de Desexos. También aprovecha la ocasión para dar las gracias a todas las personas que lo apoyaron en la aventura, desde las clientas más fieles hasta sus padres, Montse y Tomás, que se volcaron con su proyecto (ella hacía de modelo para los directos en redes y él le pintó y reformó todo el local). Y se despide con una frase que encoge el alma, porque en ella deja entrever su intención de abandonar Ferrol. «Ahora toca cerrar un capítulo y empezar otro. ¿Dónde será? Eso no lo sé, pero aquí no».