Desesperados por la «selva» de una finca en Ferrol: «Tenemos aquí un "Jumanji"»

FERROL CIUDAD

Raquel Abeledo contempla desde su casa la maleza del patio vecino, que trepa por los muros.
Raquel Abeledo contempla desde su casa la maleza del patio vecino, que trepa por los muros. JOSE PARDO

Vecinos de edificios colindantes alertan de que la maleza trepa hasta el tejado y provoca que proliferen ratas e insectos

02 ene 2024 . Actualizado a las 12:50 h.

La maleza crece sin control en la parcela de un edificio ruinoso en pleno centro de Ferrol. El 191 de la calle del Sol se ha convertido en una jungla que desespera a los vecinos de los inmuebles colindantes, hartos de sufrir los daños colaterales de un abandono al que nadie pone coto. «Tenemos aquí un ‘Jumanji’», describe gráficamente Raquel Abeledo, residente en el número 189 y una de las afectadas por la selva en la que se ha convertido el entorno de su casa, que evoca la espesura de esa película. Ella y los vecinos de otros dos inmuebles aledaños por los otros flancos, el 193 de Sol y el 200 de la calle María, llevan más de un año de lucha para intentar que se limpie una propiedad ruinosa. De nada han servido los reiterados escritos al Ayuntamiento. Ni que desde el Concello se hayan dictado órdenes de ejecución, e incluso advertencias de multas coercitivas.

La vegetación campa a sus anchas en el patio. Y trepa por los muros del edificio ruinoso hasta el tejado. Y mientras tanto, los vecinos de los edificios cercanos lidian con los efectos colaterales de la inacción: «Sufrimos las consecuencias de tener esa vecindad, con ratas y todo tipo de bicherío», denuncia. A la falta de salubridad se suma el tener frente a su ventana una imagen desalentadora e impropia en pleno centro de Ferrol. Y además, el temor a un problema de seguridad. «Han caído planchas de zinc que recubren la fachada posterior del inmueble, dejando huecos abiertos en la misma» y «el tejado se encuentra en un estado de abandono tal que indica que incluso podría llegar a colapsar».

Así lo recogen los vecinos en el escrito remitido en septiembre del 2023 al Ayuntamiento, el tercero que Raquel Abeledo firma desde noviembre del 2022 reclamando una solución. En febrero el Concello emitió sendas notificaciones de incoación y resolución de un expediente de orden de ejecución. Entonces, ordenaba a los herederos de la propietaria del bajo realizar actuaciones de limpieza del patio exterior, podando y retirando la vegetación y eliminando la basura existente y la generada en la intervención, así como la limpieza de los caños de la cubierta y la fachada posterior. Y otorgaba un plazo de 25 días hábiles para su realización. No fue así.

Abeledo explica que las dificultades estriban en la localización de los herederos de la propietaria del bajo. Y son distintos de los del primero y el segundo, que sí quieren arreglar la propiedad que se les legó, y «están desesperados porque no pueden intervenir en nada». Ella misma consiguió en septiembre, buceando en Facebook, localizar a una de las herederas, pero tras establecer contacto vía mensaje para explicar el motivo del contacto, la comunicación cesó y ya no hubo respuesta.

Tampoco lo consiguió el Ayuntamiento, que llegó a publicar en el BOP el anuncio de la multa impuesta ante la imposibilidad de notificarla a la propiedad. El edificio está pendiente de la declaración de ruina. Y las órdenes de ejecución se acumulan desde febrero del 2023 por el incumplimiento por parte de los titulares de la obligación de mantenerlo, bajo amenaza de la imposición de sanciones de 1.000 a 10.000 euros, en función de las circunstancias que concurran, reiterables trimestralmente hasta lograr el objetivo. Y la advertencia de que si se incumplen, la administración hará la ejecución subsidiaria. Ese es el camino que el gobierno local se plantea emprender, ante esta situación.