Las Xornadas do Peregrino Abrindo Camiño dan una nueva vida a la tradición ferrolana de las tertulias literarias

La Voz

FERROL CIUDAD

H.A.

La entidad que coordina José Luis Fernández Ansedes organizó en la cafetería del hotel Almirante un encuentro alrededor de la literatura de Ramón Loureiro

26 feb 2024 . Actualizado a las 22:27 h.

Las Xornadas do Peregrino Abrindo Camiño, cuyo programa de actividades coordina José Luis Fernández Ansedes (que está promoviendo a ambos lados del Atlántico, entre otras iniciativas, la reivindicación de la memoria de Andrea López Chao, impulsora de la creación del hospital Hijas de Galicia en La Habana), organizaron el domingo por la mañana, en Ferrol, un encuentro, con formato de tertulia literaria, alrededor de la figura de Ramón Loureiro y sus novelas. Durante el encuentro, que contó entre los participantes con el periodista Xosé María Palmeiro, con el editor Beito Ledo, con la escritora María Xosé Porteiro, con el historiador Daniel Vázquez Vila, con la cineasta cubana Violeta Ramos Valdés y con la bisnieta de Andrea López Chao, Patricia Ares Munzio, Loureiro, Premio Julio Camba de Periodismo y académico de número de la Academia de San Rosendo, dio a todos la bienvenida a Ferrol, la ciudad de Gonzalo Torrente Ballester. Y agradeció especialmente «a cuantos hacen posible que existan las Xornadas do Peregrino Abrindo Camiño» su empeño en dar una nueva proyección al patrimonio cultural de la Galicia do Norte, así como «la recuperación de las tertulias literarias, a las que tanto debemos los que amamos los grandes libros». Y además les agradeció, de una manera muy especial, «este maravilloso regalo que es, para mí -dijo Loureiro-, poder hablar de literatura con personas que han dedicado su vida a contar grandes historias y a hacer del mundo un lugar mejor». Respondiendo a las preguntas de los participantes en la tertulia, Loureiro señaló: «Ser de Sillobre, que es el lugar en el que nací y en que el surgió la Tierra de Escandoi, es mi manera de existir; Ferrol -añadió el autor de «Las galeras de Normandía»- es la ciudad a la que se lo debo todo, con la que estaré en deuda siempre. Madrid -continuó- es la ciudad a la que les deben todo mis libros. Y Mondoñedo, para mí -remarcó-, además de uno de los lugares en los que más querido me he sentido siempre, es la columna central que sostiene buena parte de mi universo de ficción».