Defensa cierra los requisitos del futuro barco para Ferrol, pero aún no fija fecha para su inicio

Beatriz García Couce
Beatriz Couce REDACCIÓN

FERROL CIUDAD

El Cantabria, con base en Ferrol, es el barco en el que basará el nuevo de aprovisionamiento en combate
El Cantabria, con base en Ferrol, es el barco en el que basará el nuevo de aprovisionamiento en combate JOSE PARDO

El buque de aprovisionamiento requerirá de unos 439 millones

25 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desembarcó en Ferrol el 24 de enero del 2024 —hizo ayer justo un año— para anunciar la contratación de un nuevo buque de aprovisionamiento en combate (BAC, por sus siglas en inglés), que servirá para reemplazar al Patiño, que este 2025 cumple 30 años. El jefe del Ejecutivo aseguró que la construcción del barco, que se llevará a cabo en Navantia Ferrol, se iniciaría antes de que finalizase el año. Por el momento, ese compromiso sigue sin cumplirse y, según confirma el Ministerio de Defensa, aún no hay fecha para el arranque de los trabajos de construcción del futuro buque, aunque la maquinaria para su contratación lleva meses en marcha.

Así, desde el departamento que dirige Margarita Robles se explica que «actualmente se están completando las actividades previas para la elaboración de la orden de ejecución», el trámite que equivale a la firma del contrato en el sector naval civil.

En el astillero ferrolano, en donde actualmente se materializa el mayor encargo de fragatas construidas hasta el momento para la Marina española, los representantes de los trabajadores llevan meses reclamando que se cumpla el compromiso del jefe del Ejecutivo, ya que la capacidad productiva de la factoría no está saturada.

La fabricación del barco —que estará basado en el Cantabria, en operación en la flota desde hace 15 años— generará alrededor de tres millones de horas de trabajo en la antigua Bazán. Serán unos 1.800 empleados los que den forma al buque, que estará dedicado al suministro de víveres, combustible y armamento al resto de los navíos de la flota. Unas 300 compañías participarán en el desarrollo de este pedido, más de un tercio de las cuales, gallegas.

Por ello, debido a su impacto en la economía y en el empleo, la plantilla de Navantia Ferrol, urge al inicio de los trabajos.

No obstante, en el ámbito de la construcción naval militar, el desarrollo de toda la tramitación no es un tema menor: está muy estandarizado e implica a distintos niveles de la organización de la Defensa y, específicamente, de la Armada. Así, después de que la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, ordenase que se iniciase la adquisición del barco y de que se haya dado la luz verde a los requisitos establecidos por la Armada, los técnicos responsables están ocupados en la elaboración de la documentación que determina la viabilidad de ese buque. 

Recursos económicos

Al mismo tiempo, avanza el proceso para la obtención de los recursos económicos necesarios para la materialización del navío, que tendrá un tamaño similar al del Cantabria, aunque incorporará también capacidad defensiva para poder neutralizar, entre otros, drones. Como el resto de los buques logísticos, también podrá participar en misiones de lucha contra la contaminación y humanitarias, además de las propias labores auxiliares al resto de la flota.

Según el Ministerio de Defensa, se dedicará al «transporte y trasiego de combustible hacia otros buques, también de urea, compuesto necesario para la reducción de emisiones de óxidos de nitrógeno, y de agua potable». Por otro lado, «dispondrá de posibilidad de operaciones de vuelo con helicópteros y cierta capacidad de autoprotección, además de integración de vehículos autónomos».

Aunque por ahora el departamento trabaja con la previsión de destinar los 439 millones de euros de presupuesto que anunció el presidente del Gobierno, en estos momentos se calcula también la estructura de desglose de costes del programa, por lo que la cifra necesaria para financiar la construcción del buque aún podría registrar algunas variaciones.

Con todos esos trámites por cerrar, Defensa no maneja aún un horizonte temporal para la firma de la orden de ejecución —con la que pondría en marcha la maquinaria para iniciar la construcción— y, consecuentemente, tampoco la fabricación. Se llevará a cabo, subrayan fuentes oficiales, «en cuanto se completen los procesos legalmente establecidos».

La previsión de entrada en operación del futuro buque de aprovisionamiento se traslada al año 2029.

Igual tamaño, pero menos dotación que el Cantabria

El futuro buque de aprovisionamiento en combate de la Armada española, que tendrá sello ferrolano, contará con unas características similares a las del Cantabria, último barco de este tipo que entró en operación para la Armada española. Así, tendrá 174 metros de eslora y podrá desplazar unas 19.500 toneladas a plena carga. No obstante, estará diseñado para una dotación menor, con 120 profesionales, frente a los 164 del Cantabria.