El Pazo de Rilo, llamado a ser un hotel de lujo, sigue en abandono: «Es una pena»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL / LA VOZ

MUGARDOS

JOSE PARDO

El espacio es objeto de pequeños trabajos de conservación pero languidece sin actividad; y los vecinos advierten: «Vuelve a entrar gente»

29 ene 2025 . Actualizado a las 13:15 h.

Una pequeña humareda que salía por el área delantera del Pazo de Rilo alertaba hace una década a los vecinos de esta zona de Mugardos de que algo grave ocurría en el interior. «Escuché ruidos de una gente entrando y luego saliendo. Al poco rato se vio humo saliendo y llamamos al 112 que movilizó a los bomberos», recuerda uno de los vecinos del entorno. Diez años más tarde ve desde su casa parte del muro que cerca el pazo. Y lo hace con un temor incipiente de que pueda resurgir parte del vandalismo habitual entonces. Los vecinos advierten de que ya hay un chico que entra alguna vez a pernoctar.

El gran incendio de hace una década se originó en un apilamiento de material y colchones del pazo. Fue solo una gota más en un vaso que colmaba la paciencia de quienes conviven en el entorno del pazo abandonado. Entonces los altercados eran continuos. Entraban okupas, se hacían botellones dentro... «Hemos visto como del recinto entraban y salían prostitutas, toxicómanos... El pazo fue incluso el refugio de personas sin techo», recuerdan. Lo peor fue el expolio y saqueo de patrimonio de valor del pazo, catalogado como conjunto histórico, como un brocal de pozo o un cruceiro que se sustrajeron y la Guardia Civil los recuperó en Ourense tras una investigación.

Un abandono que sigue reinando en el interior, tal y como comentan quienes han podido acceder en los últimos tiempos al interior. «No queda nada, se lo llevaron todo o fue ardiendo en los repetidos incendios. Es una verdadera pena que dejen morir esto así», señalan. Si hay labores de mantenimiento y obras en su exterior. Se han renovado muchas de las cubiertas de algunos de los edificios y algunos muros y paredes, además de algunas ventanas. También hay un encargado del mantenimiento vegetal y desbroces. «Llegó a crecer hasta estar por media pierna», recuerdan los vecinos. Con los pasos de temporales y caídas de árboles se ha actuado de forma inmediata, señalan.

JOSE PARDO

Pero nada más. Poco o nada se sabe sobre el futuro del Pazo de Rilo llamado a recuperar la majestuosidad del spa de antaño, ahora como un hotel del lujo. En febrero del 2022, la empresa Inversiones Hosteleras de Galicia S. L., gestora de la marca comercial Oca Hotels (con inmuebles en España, Portugal y Brasil), anunciaba su adquisición y el inicio de los estudios para evaluar «las mejores opciones para recuperarlo». El alcalde, Juan Domingo de Deus, lamenta que no se haya avanzado más. «La empresa no se ha puesto en contacto con nosotros. Ahora mismo no se aprecia una prisa por hacer algo, llevan ya un tiempo aquí y podían haber hecho algo o algún avance», advierte. No se ha presentado ningún anteproyecto, ni siquiera, a la administración local, señala.

Una incertidumbre que hace desatar las dudas. «Sigue igual, unos dicen que van a hacer un hotel de lujo, otros una residencia —este proyecto está descartado. Una firma barajó en su día la adquisición para ello, pero finalmente fue la cadena Oca la que se hizo con el recinto— pero el caso es que pasan los años y aquí nadie hace nada», lamenta otro vecino.

JOSE PARDO

Seiscientos años de historia

El Pazo de Rilo, una impresionante edificación que data del siglo XV, perteneció a una de las familias gallegas de mayor abolengo, como reflejan sus escudos de armas, las obras de arte y los muebles del siglo XIX. El edificio central, el pazo, que cuenta con seis suites principales, se restauró en 2006. En total cuenta seis edificaciones y 27 habitaciones. Funcionó pocos años hasta que la historia se torció, derivando en una huelga de hambre por parte de los trabajadores y en cierre en el 2012. Para acabar finalmente con el embargo de la propiedad por la empresa Aliseda.

Su vuelta a la actividad hotelera sería un revulsivo y de gran importancia para la ría. «En un momento en el que no para de crecer el turismo, por esta zona no hay un hotel de estas características», valoran los vecinos del municipio.