Los vecinos del edificio de Mugardos recuerdan el incendio: «Entré a por mi perro y ya no se podía respirar, pasa de noche y estamos todos muertos»

MUGARDOS
Con el susto en el cuerpo y con la rabia de seguir esperando por el perito, los afectados buscan recuperar la calma
15 may 2025 . Actualizado a las 17:04 h.«Estaba todo lleno de humo. No se podía respirar», sentencia Arturo Fernández, vecino del cuarto piso del edificio de la calle Alexandre Bóveda de Mugardos que sufrió un grave incendio el martes. Ayer volvía a la zona para pasear a su perro Rambo, mascota por la que no dudó en volver a su casa el martes cuando se enteró del incendio. «Estaba tomando un café y, al llegar, me encontré todo el petate. Subí a casa para coger al animal, que estaba en la cocina, y es que no se podía ya ni respirar. Llega a ser de noche y nos coge a todos dentro», recuerda aún con el susto en el cuerpo.
Veinticuatro horas después de un martes 13 que no olvidarán en sus vidas, los vecinos dan gracias de que el inicio comenzase a las once de la mañana. «Llega a ser de noche y nos coge a todos dentro. Ancianos y niños», advierte Arturo. «De noche, estábamos todos muertos», replica una vecina desde la ventana. Arturo se fue a dormir la noche del martes a casa de su madre, pero esperaba poder volver ya ayer. El edificio, de unos cincuenta años, cuenta con tres portales, cuatro plantas —un bajo y tres pisos— y 28 viviendas.
Cuando uno accede al garaje del edificio, golpea todavía un fuerte olor a humo. Dentro quedan los restos de un fuego que creen que se originó en uno de los trasteros. Juan Castro fue el primer vecino que vio el fuego y llamó al 112. «Bajé al garaje a dejar unas maderas en mi trastero y, tan pronto abrí la puerta, ya vi todo. El fuego estaba en un trastero cuyo dueño no estaba en casa. Si no, nosotros hubiésemos intentado apagar el fuego porque tenemos extintores. Pero no dio tiempo a nada», comenta. Llamó al 112 y agradece la rápida intervención de los servicios antiincendios.
«El humo era espectacular»
El humo era «espectacular», comentan. Subió por los conductos hacia la zona de viviendas y calcinó lo que encontró en el área de trasteros, donde también reventó varias bovedillas. «Temíamos por los tres coches que estaban aparcados», comenta Juan. Zonas del garaje están apuntaladas, y las viviendas superiores a este punto son las más afectadas, y cuyos inquilinos están residiendo en casas de familiares. Como cuenta la hija de una de las vecinas más afectadas: la placa del suelo de su madre se desprendió y es la zona apuntalada.
Arturo agradece que su casa apenas tiene daños, más allá de los restos de carbón. «Dentro de lo malo está bien, todo negro y hay que limpiar nada más», agradece. También lo hace otra propietaria de un piso, que estaba en esos momentos en otra vivienda. «Como no estamos en esta casa tengo todas las ventanas cerradas y en mi casa no entró nada». Hasta este inmueble se acercaron ayer familiares y amigos de residentes para comprobar cómo se encuentran y darles su apoyo. Los vecinos solo desean que el Concello, la arquitecta municipal y el perito del seguro empiecen a ayudarles cuanto antes para recobrar la tranquilidad. Los residentes se afanaban ayer en realizar tareas de limpieza del garaje.