Noelia Rey Argibay hace casi dos horas para entrenar junto a Lucas Alexandru, su pareja deportiva, que acaba de llegar de Rumanía
04 mar 2020 . Actualizado a las 19:50 h.Noelia ya era una niña a la que le gustaba poner música y bailar. Aprovechaba cualquier momento para hacerlo hasta que un día acompañó a su familia a ver una competición en la que participaba un amigo de su hermana y se enamoró para siempre de una disciplina por y para la que vive. Y tal es su pasión que con 17 años solo encuentra ventajas en ir varias veces a la semana desde Pontevedra a Narón para poder entrenar. No lo hace sola. La acompaña Lucas Alexandru, su pareja de baile desde hace unas semanas. Tiene la misma edad que ella. Dejó Rumanía por cumplir su sueño en España después de que Noelia Rey buscase una pareja para poder competir a través de los grupos profesionales en los que se mueven. Surgió esta oportunidad y no lo dudaron.
Ahora Lucas vive con la familia de Noelia en Pontevedra y va con ella al instituto después de dejar su país a mitad de curso. «Vino a hacer una prueba con su entrenador y estuvieron conociendo la escuela y viéndolos bailar, 15 días después llegaron sus padres y estuvieron aquí una semana con nosotros para conocernos y poder organizarnos», comenta María Isabel Argibay, madre de Noelia. Así que ir a entrenar a Narón era el menor de los problemas. Todo la contrario. Pero, ¿cómo acaban buscando esa oportunidad a casi dos horas de su domicilio? Todo empezó hace años cuando la academia Pasos en la que bailaba en Pontevedra decidió cerrar después de dos años compitiendo. «Esto engancha y no te suelta, al dejar Pasos en Pontevedra, ella buscó continuar sola y vimos varias opciones», comenta su madre. La primera parada fue en A Estrada, donde entrenó sola casi un año, hasta que surgió la oportunidad de una pareja en Narón. No hubo dudas. «Los estudios te anclan a la ciudad, ella quería seguir en el instituto y con sus amigos, así que no quedó otra opción que ir y venir», comenta Argibay, que suele llevar a su hija entre semana a entrenar a Narón sea invierno o verano. «Para mí no es un sacrificio llevarla», reconoce la madre. A veces va su padre y otras tienen que ir en autobús. «Hay que intentar compaginar todo bien, aprovecho los viajes para descansar o estudiar, si nos organizamos bien no hay problema, además a mi el baile me hace muy feliz y se lleva bien», comenta Noelia, que en menos de un mes competirá en el Campeonato de España.
La familia tienen un pequeño apartamento en A Coruña, que en días como hoy les da la vida porque están entrenando intensivamente con técnicos internacionales, lo que le impide regresar a casa. En el instituto Valle Inclán donde estudia comprenden su situación y permiten compaginar las dos carreras, la deportiva y académica.
Cuando este verano se quedó sin pareja, antes de que llegara Lucas, la familia se planteó hacer un alto en la carrera deportiva de Noelia para que se centrase en el último año de instituto. Es una buena estudiante y el esfuerzo de ir a Narón y la ausencia en ese momento de pareja de baile llevó a María Isabel a plantear esta opción de futuro. «Pero ella lo tenía claro y dijo que mientras pudiera, quería seguir», dice su madre. Removieron cielo y tierra hasta que surgió la oportunidad de Lucas Alexandru.
Noelia Rey está en el sexto grado de evolución deportiva estándar y el sexto grado de latino, ambos son el paso previo a poder ser instructor, entrenador y juez de baile. «La carrera de deportista tiene pocos años y llegar a lo más alto a nivel nacional e internacional para después seguir una carrera más profesional de entrenador o juez», reconoce esta promesa del baile deportivo, que es campeona gallega de estándar, subcampeona gallega de 10 bailes, a nivel nacional, dos veces finalista en los campeonatos de España de las dos modalidades y subcampeona de España en categoría B.