La presencia de animales, un riesgo constante en la vía que va de As Pontes a Ortigueira
ORTIGUEIRA
El ganado irrumpe a diario en algún punto de esta carretera, muy transitada en verano, con peligro para vehículos y reses
18 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«Por más que se diga, nadie busca una solución», lamenta un voluntario de Protección Civil que ha tenido que intervenir en varios percances ocurridos en la carretera AC-101, con animales implicados. La presencia de ganado, tanto vacuno como equino, representa un riesgo constante en la vía que comunica As Pontes y Ortigueira. Las reses irrumpen a diario en algún tramo de este vial, muy transitado a lo largo del verano, puesto que muchos turistas abandonan la autovía en la villa minera para dirigirse por la sierra de A Faladoira hacia la comarca de Ortegal.
Los usuarios de esta vía se habrán encontrado en los últimos días con el cadáver de un caballo, que permaneció en el arcén tras ser atropellado. No ha trascendido qué tipo de vehículo lo golpeó ni los daños causados por el impacto. «Pero un día habrá una desgracia mayor y entonces (desde las administraciones) se lamentarán y a lo mejor alguien se decide a tomar medidas», apunta un conductor que circula con frecuencia por esta carretera.
El responsable de Protección Civil en As Pontes, Roberto Domínguez, aboga por «insistir» sobre el peligro que entraña esta situación. «Cada vez que se produce un accidente de este tipo lo comunicamos a la Subdirección Xeral», asegura. El riesgo se agudiza al amanecer y a última hora del día y, de manera especial, los días de niebla. «Ves vacas pacendo na cuneta, no medio do carril, atravésanseche diante e, ou vas moi pendente ou é moi fácil pillalas», relata Juan, transportista.
A Isabel, coruñesa con familia en Ortigueira, le preocupa «porque te puede pasar algo, aparte del daño del coche, y porque puedes dejar a un animal malherido o muerto». María, viguesa, viajaba con su marido y sus dos hijas cuando, de repente, chocaron contra un caballo. «Aunque no se veía mucho (era de noche y había algo de niebla), se fue corriendo hacia el monte, parecía que con algo de cojera», cuenta. La reparación del automóvil, con seguro a terceros, les costó 1.200 euros. Localizar al propietario constituye todo un reto. «Dono teñen, pero a ver quen o descubre», admite un vecino de la zona.