La pandemia deja a Ortigueira sin festival por primera vez en 25 años

ANA F. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

La estatua del gaiteiro, en la Alameda de Ortigueira, ayer por la tarde
La estatua del gaiteiro, en la Alameda de Ortigueira, ayer por la tarde José Pardo

La suspensión del Mundo Celta y la Patrona vuelve «irreconocible» el mes de julio

17 jul 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A los vecinos de Ortigueira les cuesta reconocer sus calles y sus plazas estos días. «Julio es el mes grande, con el festival, que lo abarrota todo, y con la Patrona, una celebración que también se vive en la calle. Este mes de julio está siendo irreconocible», comenta Marta, ortegana ausente durante el resto del año, como tantos, que regresa en verano, «y siempre en julio, por el festival y por las fiestas». La pandemia ha dejado a Ortigueira sin el Festival Internacional do Mundo Celta por primera vez desde 1995, cuando se retomó, de la mano de Loli Pérez, entonces animadora sociocultural del Concello.

Aquel año se trasladó a la primera semana de agosto, se habían celebrado elecciones municipales y no podía coincidir con la toma de posesión. «Arrisquei, pero ou se facía ese ano ou non se facía», recordaba hace unos años la artífice de la segunda etapa del Mundo Celta, que nació en 1978, gracias al empuje de Xavier Garrote, que era el director de la Escola de Gaitas. «El era o aglutinante, o seu poder de convocatoria era extraordinario, era moi traballador, un líder», resumía hace unos días Marías, que formó parte del equipo fundacional. «É moi triste quedar sen festival», admitía. Sin escenario en la Alameda y sin actuaciones improvisadas en el bar Caracas.

Ni conciertos vespertinos en el Paralaia, el local que regenta Javier Quintiana desde 2016. «Presentó hace un par de semanas por registro la petición para hacer conciertos las tardes del viernes, el sábado y el domingo, para saber qué medidas habría que tomar al ser una plaza pública. El Concello dijo que, teniendo en cuenta la situación de A Mariña, no se podían hacer. Lo entendemos, a ver qué ocurre en agosto... Sin conciertos hay un sector parado, el musical, hay que adaptarse a lo nuevo, con las normas de seguridad que sean necesarias», remarca su hermana, María, devota del festival, que estos días prefiere no acercarse a la villa.

El pinar de Morouzos, casi vacío, estaría atestado de tiendas de campaña de haberse celebrado el festival
El pinar de Morouzos, casi vacío, estaría atestado de tiendas de campaña de haberse celebrado el festival José Pardo

Entre 1988 y 1994 no hubo festival. En la historia del Mundo Celta habrá que incorporar otro año en blanco, 2020. Faltan los folkies, que traen el bullicio y la fiesta cada verano a la Alameda y los jardines del Malecón, al pueblo entero, y al pinar y la playa de Morouzos. El concejal del festival, Ángel Lozano, comentaba esta semana que la organización ha recibido correos de gente que preguntaba si se podría acampar. Habían reservado los días de vacaciones para venir a refrescarse al norte, y empaparse de música. Ni tiendas ni ese desfile permanente de jóvenes, la mayoría, de todas partes, que se adueñan de Ortigueira durante unos días.

Un grupo de madrileños viajó la semana pasada a Ortigueira. «Sabían que se suspendera o festival, pero querían vir igual eses días, e adiantáronse unha semana», cuenta Suso Cornide, de la panadería y cafetería Dolan. «Xente hai, máis da que pensabamos que ía vir, pero quizás está algo máis retraído o consumo [...]. Para min a sensación é rarísima -reconoce-, sen esas aglomeracións e ser estar servindo almorzos ata a unha da tarde».

Para los negocios hosteleros y los supermercados (sin colas), los voluntarios de Protección Civil (de Ortigueira y de varias agrupaciones de Málaga que llevan años colaborando), la Policía Local, el GES, el personal del centro de salud o el Concello, del que depende la organización, este mes de julio tampoco se parece en nada a los anteriores.