El propietario de la caseta de San Claudio, en Ortigueira, explica que acabó de derribarla por seguridad

El propietario de la caseta de feria de San Claudio, en Ortigueira, explica que acabó de demolerla por razones de seguridad. «En 2018 o 2019, un temporal tiró una parte, se llamó al Ayuntamiento y vinieron a vallarla con cintas, que aún se ven. No se hizo nada más. Con el tiempo, la lluvia y el viento, siguió cayéndose por tramos, hasta que ya acabé de tirarla yo porque se iba a caer y era un peligro y un problema de seguridad», explica David Doce, que compró hace tiempo la finca donde se ubican buena parte de las viejas casetas de feria.

«En una de ellas, el Ayuntamiento, ya con el anterior alcalde [el popular Rafael Girón], hizo una base de hormigón para poner los contenedores de la basura dentro», señala. La construcción cuyo derrumbamiento denunció la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apadrigal) conserva los pilares. «Desescombré y la estructura está intacta», recalca. Vaticina que «las demás casetas van a acabar cayendo, sin tardar». «Una la apuntalé yo porque es donde esperan el bus escolar los niños y tenía miedo de que se viniera abajo», indica.

Doce está dispuesto a ceder las casetas si alguna Administración las restaura: «Están en el Camiño do Mar [ruta xacobea] y serían un atractivo si estuvieran rehabilitadas».

Por su parte, los organizadores del Serán Careco, que se celebrará en esta misma finca, niegan que el derribo tenga algo que ver con esta cita. «Vén un palco de madeira e a carpa de sempre, que caben sen ningún problema», remarca Xavier Cheda, uno de los artífices del festival benéfico, que cambió de ubicación «por comodidade, espazo e seguridade [en A Rocha estaba al pie de la carretera AC-862]».

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