El misterio del rayo verde visto desde el mejor banco del mundo, en la costa de Ortegal

A. CUBA ORTIGUEIRA / LA VOZ

ORTIGUEIRA

El rayo verde, sobre el horizonte, visto desde la costa de Loiba
El rayo verde, sobre el horizonte, visto desde la costa de Loiba RAFAEL PRIETO VIDAL

Un vecino de Loiba ha captado con su cámara, por segunda vez, este curioso fenómeno óptico

23 jun 2025 . Actualizado a las 12:39 h.

«No es nada fácil verlo», remarca Enrique Alonso, presidente de la Fundación Ceo, Ciencia e Cultura, promotora del Observatorio Astronómico de Forcarei. Pero Rafael Prieto Vidal, vecino de Loiba, ha vuelto a captar con su cámara el rayo verde. Ya había ocurrido entre finales de enero y principios de febrero de 2018, y hace unos días sucedió de nuevo. Apostado en el mejor banco del mundo, en la costa de Loiba, para observar y fotografiar la puesta de sol, logró inmortalizar esa extraordinaria mancha de color verde sobre el mar.

«Es un tema visual. Depende de la situación de la atmósfera, si está más o menos estable, la temperatura, si hay neblina o no, en el momento exacto en que se ve el último rayo de sol antes justo de ponerse... en función del estado de la atmósfera, a veces hace ese efecto óptico», explica Alonso. Aclara que «no es un rayo, es una luz de tono verdoso que estamos viendo en ese momento y que está recorriendo muchísima atmósfera. Viene a ras de agua, a ras del horizonte, no es como ver la luna o el sol en altura».

El sol va cambiando de color a medida que va bajando, explica,: «A media tarde se ve más blanco, luego más anaranjado y cuando se está poniendo, es totalmente naranja. En realidad, el sol no ha cambiado, es la luz que recorre muchísima más atmósfera y ahí hay un montón de gases, CO2, vapor de agua, oxígeno... y la luz que recorre la atmósfera reacciona con esos gases». Eso provoca el tono anaranjado.

Puesta de sol, en un momento previo a la formación del rayo verde
Puesta de sol, en un momento previo a la formación del rayo verde RAFAEL PRIETO VIDAL

El rayo verde «es un efecto parecido, pero más acusado, porque es justo en el momento en que más atmósfera recorre, y en función de cómo está de turbulenta, ocurre o no», añade. Insiste en que «no es fácil verlo; hay mucha gente que lo intenta y no lo consigue». Aunque podría formarse igualmente sobre tierra, «sobre el mar normalmente hay menos obstáculos y el sol lo vemos unos segundos más que, por ejemplo, sobre una montaña... con el mar no hay barrera alguna, es el momento máximo en que podemos ver el sol antes de la puesta».

Prieto Vidal, que se define a sí mismo como «un observador», lleva años retratando el crepúsculo desde el popular banco de Loiba. Fue precisamente él quien ideó este asiento, un lugar privilegiado para vivir el ocaso, con el cabo Ortegal y Os Aguillóns (Cariño) al fondo. Esta vez, este cariñés de Feás asentado en Loiba ha vuelto a lograr la hazaña de «atrapar» con su objetivo el mítico rayo verde, que da título a una novela de Julio Verne. Cuenta que en los últimos tres o cuatro días lo ha visto dos veces más, «pero las imágenes son de menos calidad».