
Una viajera denuncia que Arriva utiliza de forma «habitual» vehículos de ciudad para realizar los trayectos de la línea que une Ferrol y A Coruña por carretera
28 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Eva Eiroa es una opositora eumesa que habitualmente tiene que desplazarse a la ciudad herculina para acudir a la academia. Siempre utiliza la línea Ferrol-A Coruña por carretera (que pasa por el Pedrido o Betanzos, dependiendo del horario), porque el servicio directo por la AP-9 no para en Pontedeume. El martes pasado, cuando se disponía a regresar a casa, se topó con una desagradable sorpresa en el andén de la estación coruñesa: el vehículo que esperaba a los viajeros no era un autobús de media distancia, sino un bus urbano. «No me parece de recibo que para un trayecto de más de una hora de duración y que no es precisamente barato (el billete cuesta 5,20 euros) pongan un autobús de este tipo, porque resulta muy incómodo, y además en este caso no había cinturones de seguridad en los asientos», advierte indignada esta usuaria, que ya presentó una reclamación a la compañía.
La situación volvió a repetirse el viernes, cuando Eiroa utilizó la misma línea para realizar el trayecto Pontedeume-Ferrol. «Volvieron a poner un bus urbano y, por si eso fuera poco, llegó a Pontedeume con media hora de retraso desde A Coruña», advierte enfadada al tiempo que matiza que en ese trayecto el vehículo sí llevaba cinturones de seguridad. Pero para esta usuaria lo peor no fueron esos dos trayectos en sí, sino el hecho de que la utilización de autobuses urbanos por parte de Arriva para cubrir la línea A Coruña y Ferrol por carretera se está convirtiendo en algo «habitual».
Lo sabe porque los pasados meses de enero y febrero estuvo trabajando en A Coruña y tuvo que coger el autobús con asiduidad. «Entonces también pusieron buses urbanos para cubrir la línea y hasta hubo veces que nos dejaron a oscuras en el trayecto», lamenta.
Eiroa ha decidido denunciar públicamente estos hechos porque considera que los pasajeros de la línea por carretera están siendo discriminados con respecto a los que emplean el servicio que va por autopista. «Al tratarse de una línea que está olvidada abusan de la gente; puede que no sea un servicio tan utilizado como el bus directo, pero esta línea sigue teniendo bastantes viajeros y, entre ellos, mucha gente mayor. Los fines de semana, por ejemplo, hay muchas veces que va lleno, porque han reducido las frecuencias».