Una alternativa a la autopista con firme peligroso y mal iluminada

ÁLVARO ALONSO / D. V. FERROL / LA VOZ

PONTEDEUME

JOSE PARDO

El tramo de Pontedeume y Miño de la N-651 se resiente del aumento de tráfico

24 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La carretera de Ferrol a A Coruña, pese a su gratuidad, es un trazado que convierte la conducción en un quebradero de cabeza. Principalmente, por la gran cantidad de tráfico que asume, pero también porque el aumento del volumen de vehículos no se ha compensado con un mayor mantenimiento. Así, las policías locales de los municipios por los que pasa, sobre todo en la zona de Ferrolterra, coinciden en que el firme podría ser mejor y que la iluminación brilla por su ausencia en algunos puntos.

La Policía Local de Pontedeume vigila cada jornada el flujo de vehículos que pasan por el casco urbano rumbo a A Coruña. Por ello, notaron de primera mano como las últimas subidas del peaje significaron «un repunte» en el tráfico. Las peores horas son de 7.30 a 8.30, de 13.30 a 14.30 y a partir de las 20.30, cuando coinciden también las salidas de los colegios y de los trabajos. «Y seguro que irá a más», señalan.

A la salida del núcleo, en la N-651, la dos curvas abiertas de subida a Campolongo suponen el mayor peligro, por ser una zona rápida -aunque limitada a 50 km/h-, en la que se puede adelantar por un segundo carril. Allí ya se ha registrado más de un accidente. A esto se le suma la falta de luz y la posibilidad de lluvia, algo que por las noches hace que la tensión sea máxima.

La iluminación es «bastante nefasta», dicen desde el cuerpo de Pontedeume, mientras la Policía Local de Miño apunta a que la carretera «lleva años sin un buen mantenimiento». El mal estado afecta de una forma similar a Cabanas, donde las curvas de Laraxe suman peligrosidad y el núcleo urbano acumula retenciones en las horas punta.

En cuanto a Fene, la Policía Local considera que en su caso ocurre lo contrario, al formar parte el municipio del tramo gratuito de la autopista. La mayoría de vehículos entran a la N-651 o se desvían en Rego da Moa, de manera que el tráfico es el «normal».

Lo que sí, para los que no usan esa alternativa que da la AP-9 entre Ferrol y Fene, el puente de As Pías lleva años siendo un problema, por un bacheado que Fomento solo ha parcheado. Asimismo, las dos avenidas que conectan por ambos lados también sufren una falta de mantenimiento.

El cruce con la N-VI en Guísamo, uno de los puntos negros, pendiente de la rotonda

El cruce entre la N-VI y la AC-162 es un punto negro
El cruce entre la N-VI y la AC-162 es un punto negro CÉSAR DELGADO

En la zona más cercana a A Coruña, la que transcurre, desde Miño, por las carreteras AC-162, N-VI, AC-12 y AC-11, el firme y la iluminación son mejores, pero el tráfico hace que el tramo sea también un constante tormento. Así lo percibe la Policía Local de Bergondo, desde donde señalan que «aparentemente» -la titularidad de la AC-162 es de la Xunta- hay una mayor circulación.

No obstante, el portavoz del cuerpo, si se habla de problemas, apunta rápidamente a un lugar: la intersección entre esta vía y el punto kilométrico 580 de la N-VI, un punto negro que sigue sin solucionarse. Se trata de un nudo que en dirección a A Coruña se salva con cierta facilidad de forma directa, pero que, hacia Ferrol, hay un stop provocando malentendidos y, a consecuencia de ello, numerosos accidentes.

Bergondo lleva años esperando por una rotonda para resolver este entuerto. En este momento, el proyecto se encuentra en período de alegaciones. El Concello remitió su propuesta y ahora está a la espera de la respuesta del ministerio. Desde el gobierno local están «alerta» para ver si se asignan los 100.000 euros que reflejan los último Presupuestos del Estado. «Aínda que non pensamos que sexan suficientes nin sequera para comezar coas expropiacións», expresan.

Por otro lado, en el tramo de la AC-12 en Oleiros, una zona comercial que soporta mucho tráfico, el firme está en buen estado según la Policía Local y en este momento se está construyendo una pasarela peatonal.