Estos diez amigos interpretan boleros, habaneras o canción gallega en fiestas, encuentros o centros de mayores
06 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.El compás, en Valdoviño, lo marcan Los Nostálgicos, un grupo de diez amigos, músicos noveles, que empezaron a cantar juntos hace 12 años y que siguen poniendo ritmo a tardes y veladas en fiestas, encuentros o residencias de mayores. «Imos onde nos chaman», responden a una sola voz. «Tiven a idea -reconoce José Luis Hermida, Lucho-, xa deixara a coral e díxenlle a Severino ‘imos facer unhas manitas’... Por desesperación, non por amor ao arte». «Bueno, algo si, gústanos a música», apostilla Severino Martínez, Seni. La mayoría -todos, salvo José Antonio Díaz y Manuel Villar- ya habían formado parte de la coral de la Asociación Cultural y Recreativa A Frouxeira, a la que también pertenece el grupo, y a todos les pierden los acordes.
De Francisco Vergara, Paco El Gitano, cuentan que llegó a recorrer hasta 400 kilómetros para ir a actuar con la coral (y otros tantos de vuelta), prueba de disciplina y compromiso. El conocido empresario confiesa que él es más de Pink Floyd que de Los Panchos, pero se entrega, como el resto, en los ensayos, cada viernes -incluido el Viernes Santo- a las nueve y media de la noche, en el local de A Frouxeira.
Un centenar de canciones
En la antigua escuela de Valdoviño, en la que estudiaron casi todos, Los Nostálgicos afinan voces e instrumentos, pendientes de la pizarra de la entrada donde anotan las fechas ya comprometidas. Ayer tocaron en las fiestas locales de San Isidro y el 19 se sumarán a los actos conmemorativos de las Letras Galegas.
En estos años, el grupo atesora ya un centenar de temas. «Ensaiadas irán unas cen e para saír ao público, oitenta e tantas», explica Lucho. En el repertorio hay boleros, habaneras, canciones mejicanas, algún tango y música tradicional gallega. Lucho es el autor de la letra de As nenas de Valdoviño, una pieza que solo interpretan en su pueblo, con la melodía de A Rianxeira. En la Fiesta Indiana de Ribadeo les sorprendió la emoción con que hijos y nietos de emigrantes a Latinoamérica seguían su actuación.
«Ver a felicidade da xente e como che transmiten que lles estás dando esa felicidade. Iso é o máis gratificante. A xente entrégase [...]. Quen ten agora 85 ou 90 anos sabe desde cativo os boleiros de hai 70 ou 80 anos», destaca Lucho. En el centro de día de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer (AFAL) de Ferrolterra han vivido escenas conmovedoras. Una anciana, incapaz de reconocer a sus hijos, tatareaba las canciones. «A música é o último que se esquece», comenta Seni. Ellos animan al público a acompañarlos. «Gústanos que canten con nós... Os vellos choran, emociónanse».
Los Nostálgicos, que deben su nombre a ese afán de «coller cancións antigas e rememoralas, e pasalo ben», viven la música «con ilusión» y altruismo (acuden gratis allí donde los invitan). Manuel Villar está deseando que llegue el viernes «para desconectar» y para Paco «isto é unha terapia». No hay mal que resista la fuerza de un bolero, Perfidia, de Luis Miguel, -«Mujer, si puedes tú con Dios hablar, pregúntale si yo alguna vez, te he dejado de adorar»- o el clásico de Los Panchos Si tú me dices ven.
«Desde Ayamonte hasta Faro»
En el bajo del antiguo escolar aún suenan los ecos de María la Portuguesa. «Desde Ayamonte hasta Faro, se oye este fado por las tabernas, ¿dónde bebe viño amargo?, ¿por qué canta con tristeza?». Algunos se curtieron de jóvenes con la guitarra a cuestas, de fiesta en fiesta. Por el camino se han quedado Luis Padín, Bernardino Castro, Nardo, y José García, a quienes recuerdan con profunda estima. Y por delante queda una vida entera, «para unir alma con alma, corazón con corazón».