«Tuve que contratar a camareros de Lanzarote y darles casa en Valdoviño»

Carla Elías Martínez
Carla Elías FERROL

VALDOVIÑO

JOSE PARDO

Locales como A Saíña o el Tótem Beach Club, que reabre con una fiesta en San Xoán, se preparan para el verano: «Hablar inglés es primordial»

19 jun 2024 . Actualizado a las 13:19 h.

Ya ultima la reapertura para el verano uno de los locales más de moda de la campaña estival del 2023: el Tótem Beach Club de A Frouxeira. Y lo hará con una fiesta especial para celebrar la noche más mágica del año, el domingo 23, San Xoán, con una sardiñada, sus populares mojitos, merchandising y música dj a cargo de Sebas Rdgz. Pero, para llegar a ese momento hay detrás un trabajo contrarreloj por uno de los problemas más grandes a los que se enfrenta el sector de la hostelería en la comarca: la falta de camareros. «Ya no es una novedad que tengamos este problema tremendo», advierte Antonio Castro, cuya familia está al frente de este beach club y otro establecimiento en la misma playa de Valdoviño, A Saíña.

Para completar la plantilla han tenido que mirar fuera de la comarca e incluso de Galicia. «Para este verano cogimos a unos chavalitos que vienen de Lanzarote. Ellos allí ganarían mejor sueldo, pero no les llega para el alquiler. Entonces contraté a una cuadrilla de tres jóvenes, de los cuales a uno yo ya le conocía, y han sido mi salvación», ensalza Antonio. Y es que aunque parezca paradójico, al hostelero le compensa ayudarles a buscar alojamiento en el entorno de Valdoviño con tal de lograr camareros. «Les busqué una casa en esta zona, y la pago yo, aparte del sueldo y las horas que hagan. Pero estamos así, no hay más que hacerle», valora Castro. Pero también es una buena medida para los trabajadores. «Yo mismo les pregunté: Pero si venís de una zona como Lanzarote, allí ganáis bien de cuartos, ¿cómo es que preferís venir hasta aquí? Pero me dijeron que allí trabajan para dormir, todo lo que ganan se le gastan en al alquiler. Por eso les propuse el trato de que les pago todo lo que necesiten para que me salven la campaña de verano», explica.

Pero no es la única contratación de fuera que ha tenido que efectuar. Este año cuenta también con una camarera rusa y otra rumana. «Ahora mismos los camareros se rifan, nos los quitamos de un sitio a otro a base de ofrecer dinero. Es una lucha», lamenta. También se ha convertido en un plus que hablen idiomas. «Que hablen inglés es primordial, totalmente necesario, porque nos sirve tanto para hablar con un turista noruego como con uno alemán o uno de Corea. Después, si a mayores hablan más idiomas, sobre todo de Europa, como el alemán o el francés, pues mejor», reconoce el responsable. En sus negocios cuenta con 4 puestos de trabajo para el Tótem y 12 para A Saíña.

Ocio ligado a la playa

Para el beach club ubicado en primera línea de A Frouxeira esta será su segunda campaña de verano. «Le estamos dando unos retoques de pintura, el techo de palmeras y mantenimiento para ponerlo a punto» explica Castro. Su éxito fue tal que ya tienen a «mucha gente llamando» para saber cuándo abren. «Nos contacta gente de todos lados», incide. Sus mojitos —«cogieron un éxito tremendo»— y su decoración con vistas a la playa y un precioso columpio se volvieron virales el pasado verano en las redes sociales. «Yo siempre aposté por el encanto de esta playa. El año pasado, el Tótem, que gestiona mi hijo, fue todo un éxito, sobre todo, a media tarde. A la gente le gusta mucho tener un sitio al que ir a tomar algo al salir de la playa», ensalza.