Currás y Raúl López rebajan la tensión en sus múltiples frentes

x. rodríguez SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

El alcalde dice que si no ejecuta las obras en Amio, la feria se va a Silleda

19 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

análisis las relaciones entre el Concello y el empresario

El futuro del recinto de Amio sigue siendo incierto, pero menos que hace un año. El nuevo gobierno del Partido Popular dio por seguro el traslado a Silleda de la feria, «inminente» en el último trimestre del año pasado, decían, y las relaciones con la empresa concesionaria se deterioraron. Ahora, tras haber alcanzado un alto grado de tensión en varios frentes -la concesionaria es la misma que gestiona el transporte público, el Multiusos y el empresario es el presidente del Obradoiro-, parece que la situación se ha reconducido.

¿Cambiaron las relaciones entre Raúl López y el Concello?

Parece darlo a entender la paralización del expediente que le abrió Raxoi por no ejecutar las obras contempladas en el contrato con la concesionaria. Esta iniciativa del departamento de Mercados es, de por sí, un cambio de rumbo en la agria política que ambas partes venían manteniendo. La irrupción del actual grupo de gobierno, tras la etapa socialista, significó un claro enfrentamiento entre Raúl López y Gerardo Conde Roa que tenía sus raíces enterradas en la anterior etapa. El hoy equipo directivo del Concello se opuso a la aprobación del acuerdo municipal que daba luz verde a la asunción por parte de Monbus de las acciones de la empresa Sidecu, copartícipe en el consejo de administración de la sociedad Xade, gestora del Multiusos de Sar. Ambas firmas ya habían ultimado un acuerdo de compra del tercio de las acciones de Sidecu y únicamente faltaba el plácet de Raxoi a la corporación. El rechazo del Partido Popular, pese a no tener mayoría, hizo que el asunto quedara sobre la mesa.

¿Hay más focos de tensión entre la empresa y el gobierno local?

Aunque Monbus no consiguió completar su objetivo en Xade, heredó la gestión del recinto ferial de Amio. Y ahí se concentraron las fricciones entre Concello y Monbus. A la discordia por el abono del canon impagado por Trapsa, se unió la desavenencia por las obras pendientes de ejecución en el recinto. Y ahí vino el expediente a Monbus, con el marchamo de una previsible desvinculación de la empresa de sus tareas en el recinto de Amio. Pero el expediente parece haber pasado a mejor vida. El gobierno municipal basa su decisión en un informe de los técnicos que aconseja esa vuelta de tuerca, pero el hecho es que ha abandonado la vía del enfrentamiento y ha emprendido la negociadora. Ahora considera que el arreglo amistoso es la mejor solución para todos. Eso sí, aún queda la herencia economía de Trapsa por el medio.

La mayor preocupación es el ultimátum de la Unión Europea

¿Existe una mejora real en las relaciones entre el Concello y el empresario? «A miña relación con Raúl López a nivel individual é boa», dice el alcalde Ángel Currás, pero inmediatamente apostilla: «Igual que con todo o mundo». No obstante, y aunque la paralización del expediente parece anunciar que se disipan los nubarrones, Currás da a entender que el Ayuntamiento exigirá el cumplimiento de sus obligaciones a la concesionaria. Raxoi ha aflojado la presión, en un acto de buena voluntad, pero puede volver a los viejos cauces si no hay un empeño por parte de López de cumplir sus compromisos. «Hai un compromiso por parte do concesionario que ten que cumprir». Y si no es así, Currás dice que sigue abierta la posibilidad de Silleda. «Que a feira se marche para aí depende desas modificacións que a concesionaria ten que facer». Y no es ningún capricho, asegura el regidor. El problema, dice, es que hay una espada de Damocles sobre el Ayuntamiento. Si las mejoras exigidas no se abordan en su totalidad, al Concello le puede caer encima una sanción de la Unión Europea. Y a eso no está dispuesto el gobierno local.

El baloncesto permitió el acercamiento entre el empresario y el alcalde

La recepción por parte del regidor de la plantilla victoriosa del Obradoiro dio la ocasión de mostrar las caras sonrientes y joviales de los dos protagonistas. O antagonistas, según se mire. Ante esa imagen pública, Currás insiste: «As relacións son boas». Pero insiste también en lo otro: «O que me preocupa é que teñamos un ultimátum da UE no tema da feira». El exalcalde iba a ver al Obradoiro y se sentaba en las gradas. La tirantez se palpaba, aunque Raxoi dice que ello obedecía a que Conde Roa se sentía más cómodo en los asientos del público que en el palco. Los rostros distendidos de Currás y López parecen otro cantar. «Cada un ten a súa forma de ser, pero no persoal Gerardo Conde y o presidente de Monbus levábanse ben», asegura Currás.