De la mesa de casa al ping-pong

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

FIRMAS

MARTINA MISER

Padín forma parte del selecto grupo de jugadores de 18 años en la División de Honor

19 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Muchos son los que defienden que lo más difícil no es llegar, sino mantenerse. Y en el caso del mundo del deporte, mantenerse en el transcurso del tiempo exige al menos dos constantes: talento y dedicación. A partir de ahí, son muchas las variables que pueden entrar en juego. Desde encontrarse en el momento justo en el lugar exacto, pasando por topar un buen guía, hasta el etéreo factor suerte. En el caso de Fernando Padín Fernández, la habilidad de no romper un plato con 9 años resultó determinante para que, media vida después, la más firme promesa del tenis de mesa cambadés pueda seguir ilusionando a su club y a él mismo con un futuro prometedor. El que puede imaginarse de quien forma parte del selecto grupo de menos de media docena de jugadores de 18 años con ficha federativa en la División de Honor del tenis de mesa español.

Es muy probable que nada de esto hubiera sido posible de no haber respetado Fernando el ajuar de la casa familiar. «Comencé en el tenis de mesa con 9 años porque mi padre -Fernando Padín Montáns, actualmente entrenador del primer equipo del Cambados T.M. y por ende, de su hijo- era jugador de División de Honor. Empecé jugando con él en la mesa del salón de casa, poniendo una red en medio. Jugábamos en cualquier mesa de casa». Afortunadamente, «nunca llegué a romper nada. Si no, mi madre se habría metido por medio, y quizá cambiaba mi carrera deportiva», rememora Fernando Padín en tono de ahora me río, pero mejor no haber comprobado qué hubiere pasado si...

Karol Hasek, su gran mentor

Mientras iba aprendiendo los primeros pasos del deporte de la raqueta corta de su padre, su primer maestro que hoy sigue trabajando con él como técnico del Establecimientos Otero, al club llegó el eslovaco Karol Hasek. Y con él como mentor, en plena explosión adolescente, Fernando vivió «el mayor salto de calidad de mi juego. Me dio mucha caña, y se lo agradezco. Para mí Karol sigue siendo un maestro. Lo admiro mucho».

Esta temporada Padín se midió a Hasek en Liga por primera vez. «Fue especial. Al principio no me lo creía. Y al final fue uno de esos partidos que empecé 1-1, y acabé perdiendo 3-1».

Para la perla del Cambados T.M., habituado desde categoría infantil a ganar títulos y podios autonómicos y presente en el 2011 en el Top 30 Estatal en su último año de juvenil, la que ahora está a punto de terminar es una temporada de transición.

«Este año no he aportado mucho -sumó 6 puntos en la Liga- Es mi primer año en División de Honor, compitiendo con mucha gente mayor que yo. Y en los partidos igualados acababa perdiendo. He aprendido mucho, sobre todo mentalización de Adrián Vidal -uno de su compañeros-. Espero que este sea un punto de inflexión, y que para el año pueda empezar de 0 a nivel de resultados» y volver quizá a los del 2010/11, cuando «contribuí a devolver al equipo a División de Honor». En ella quiere consolidarse jugando en Cambados. ¿Su techo? «Cuando encuentre mi mejor juego veré si puedo competir más arriba. Espero que con más años de experiencia lo pueda hacer».

mirando al futuro fernando padín fernández