Un gallego busca bombas de la Segunda Guerra Mundial en una isla de Alemania

Eduardo Eiroa Millares
e. eiroa CEE / LA VOZ

FIRMAS

El ceense David Trillo participa en una expedición holandesa como capitán de uno de los remolcadores

20 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Una flota formada por buques alemanes y holandeses comenzará en los próximos días a rastrear los fondos de la isla germana de Borkum, en la frontera entre los dos países, para extraer del fondo del mar bombas caídas durante la Segunda Guerra Mundial en ese punto.

Los fondos de la cara nordeste de la isla fueron especialmente castigados por los bombardeos aliados, y parte de la carga explosiva arrojada sobre la isla, de poco más de 5.000 habitantes y situada en la Baja Sajonia, permanece todavía hoy bajo el mar.

El ceense David Trillo tomará parte en esa operación como capitán de uno de los remolcadores de apoyo de la flotilla que tiene como cometido limpiar de explosivos un canal marino en el después depositarán un cable eléctrico.

En la operación de limpieza participa la conocida empresa holandesa Smit Tak, cuyo nombre evoca en Galicia tragedias como las del Cason y el Prestige y que recientemente tomó parte en el rescate del crucero Costa Concordia.

Cuenta Trillo que la operación es especialmente compleja y que para las labores de búsqueda se emplearán submarinos no tripulados y robots por el alto riesgo que supone acercarse a unos explosivos que todavía pueden estar activos.

De hecho, explica desde Holanda David Trillo, al menos tres remolcadores se fueron a pique en esa zona en los últimos años trabajando precisamente en limpiezas similares, accidentes en los que también perdió la vida algún miembro de la tripulación.

El objetivo de los técnicos es localizar los artefactos, que en la mayor parte de los casos suelen estar enterrados bajo la arena del fondo, y llevarlos a la superficie para ser después desactivados o destruidos de forma controlada. De hecho, el riesgo de accidente es elevado, ya que los dispositivos encontrados deben ser izados con grúas y transportados a tierra sobre la cubierta de los barcos.

Para hacer los trabajos, cuenta el propio Trillo, serán necesarios unos 50 días de presencia de la flota en la zona, trabajando las 24 horas en turnos de 12.

Los robots que se emplearán, de Smit Tak, están preparados para detectar, dragar y sacar los explosivos del lugar en el que se encuentren. «Non fai moita graza ir con ese cargamento, pois xa noutras ocasións teñen estoupado», dice Trillo.

Su misión será la de guiar uno de los barcos de apoyo, trasladando adonde sea necesario a técnicos, equipos de robots y otros materiales necesarios en la limpieza.

En los últimos días, la dirección del operativo mantuvo varias reuniones con los integrantes de la flota para instruirlos sobre los trabajos y explicar la función de cada uno en el proyecto, que contará con manos gallegas para retirar explosivos arrojados hace ya más de medio siglo en la zona.