Ignacio Arrondo, actor profesional con Ladrón de Guevara

La Voz

FIRMAS

CEDIDA

Por Gerardo González Martín

18 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Vigo, que ha dado buenos actores profesionales, como José María Seoane o Morris, y geniales cultivadores del arte del teatro como un todo, caso de Maximino Keyzán, nos deparó también un personaje singular. A Ignacio Arrondo me refiero, pintor excelente, que pasó dos años de su vida (1943-1945) en la compañía de María Fernanda Ladrón de Guevara, al lado de figuras tales como las entonces jóvenes Amparo Rivelles, que era Amparito en los carteles, o María Asquerino. Que se codeó con las personalidades que intervenían en los entreactos, tales como Federico García Sanchís, el pico de oro del franquismo, Eduardo Marquina o el muy denostado Jacinto Benavente. En ocasiones, bajo la dirección de Pedro Larrañaga, llegó a interpretar dos papeles en la misma obra, como en Una loba, de Pemán y De Luna, cuando se representaba allá por septiembre de 1943, según los carteles que nos han mostrado la viuda del personaje y su hija Esperanza, que ha sacado la vena artística de su padre, aunque orientada por otros caminos.

El vigués Ignacio Arrondo Moro (26 agosto 1917-14 marzo 2000), que había sido actor aficionado en los años treinta y primeros cuarenta del siglo pasado, aquí en su ciudad natal, pudo seguir y ensanchar su éxito en el mundillo profesional de las tablas, pero tenía una vocación más fuerte, la pintura. Además, le interesaban los papeles trágicos y sus compañeros le encasillaban sistemáticamente como cómico.

Expresionista triunfador en muchas ocasiones en toda clase de certámenes, hubo uno que ahora cobra relieve: fue el concurso pictórico Castellblanch Pontevedra y las rías, en el que consiguió el primer premio, en tanto alcanzaba el segundo el recientemente fallecido Alfonso Sucasas y ex aequo con éste, Antonio Quesada, actualmente aquejado de serios problemas de salud. En definitiva, nuestro personaje se impuso a plásticos reconocidos. En Pontevedra precisamente, en una exposición en la sala de arte de la Caja, allá por enero de 1991, lo dejó muy claro: «Desde siempre la pintura ha sido mi verdadera vocación». Había empezado con una excelente muestra de caricaturas allá por 1947.

Como una joya guardaría Arrondo toda la vida las hermosas palabras que le dedicó Urbano Lugrís en 1968, escritas en el programa de una exposición del artista de variados registros: «Si pintar es abrir amplias ventanas, tú abriste las ventanas al color; al color, y a la luz, y a las mañanas cuando cantan Don Mirlo y Ruiseñor. Si pintar es llevar un mundo hondo dentro del corazón y del mirar, tu mundo es bello y mágico, Arrondo, ¡como el cielo y el mar! Lugrís».

El crítico Francisco Pablos, que ingresó en la academia gallega de Bellas Artes con un discurso precisamente sobre Lugrís -precioso parlamento que tuve la fortuna de escuchar en directo- dejó escrito de Arrondo, entre otros elogios: «Su paisaje es una referencia idealizada, de modo que el lugar que identificamos no es exactamente como él lo representa, y sin embargo nos parece más entrañable, más auténtico, porque no es de este momento, sino intemporal, entrevisto, ensoñado».

Este artista vigués que se formó en la Escuela de Artes y Oficios, al lado del inolvidable Maximiliano Vidales, tiene obra en Chicago (USA) Argentina y Francia, además de en diversas instituciones, entre ellas el Museo Parque Quiñones de León.

Al dejar el teatro profesional contrajo matrimonio con la perito mercantil Esperanza Carballo Veiga, con quien tuvo tres hijas: Esperanza, profesora de ballet; Rosa María, enfermera y Luz María, filóloga. Los hermanos de Ignacio fueron también conocidos: Manuel, como creador de la cafetería Marbella, donde en los años sesenta recordamos que se celebraban bodas, y Carmen, que fue locutora y actriz en el cuadro de declamación de Radio Málaga.

En el campo artístico hay que destacar la afición de nuestro personaje al cine y a la fotografía, con la producción de varios cortos. Fue, con Rafael Luca de Tena y otros, un animador de la Agrupación Fotográfica Galega.