La plantilla de la fábrica de Donuts de Panrico en Santiago celebró ayer una asamblea para decidir si aceptaban o no el acuerdo propuesto por la firma que va a comprar la planta, Halago, y que supone el despido de 45 trabajadores.
La oferta de Halago es de mantener el contrato a treinta operarios, mientras que Panrico seguirá contando con once empleados para labores de almacenamiento y logística, ya que la fabricación estará en manos de la nueva empresa. Además, la firma catalana prejubilará a otras once personas, pero el futuro del resto de la plantilla, 45 trabajadores, será el de engrosar las listas del paro.
La plantilla aceptó el acuerdo por amplia mayoría. No le quedaba más alternativa. No hacerlo supondría condenar a todos los trabajadores a un despido con los parámetros de la nueva reforma laboral. Es decir, veinte días por año trabajado con un máximo de doce mensualidades. La oferta de Halago era mejor incluso para los despedidos, que percibirán treinta días por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades.
No obstante, para los trabajadores el acuerdo, aunque positivo, es insuficiente, y quieren que tanto la nueva empresa, que firma mañana el contrato de la fábrica de Donuts, como la Xunta se impliquen para lograr una «bolsa de recolocación» para que los 45 empleados que serán despedidos ahora puedan reincorporarse a la planta compostelana cuando existan mayores necesidades de producción.
El representante del sindicato Comisiones Obreras en Donuts, Francisco Vilar, aseguró ayer que «Halago va a necesitar más trabajadores, por lo que consideramos que es posible negociar con la empresa para articular un modo que permita que los compañeros que ahora perderán sus puestos puedan recuperarlos en el futuro».